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ROBERTO RAMÍREZ BRAVO   /

 

El ex gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, actualmente candidato del Partido del Trabajo (PT) a la alcaldía de Acapulco, ha aprovechado cuanto foro ha podido para lanzar un llamado a las izquierdas, a Andrés Manuel López Obrador y a quien tenga capacidad de decisión y quiera oírlo, para que le pidan declinar por la candidata de la coalición Juntos Haremos Historia, Adela Román Ocampo.

Es, desde luego, un ruego condicionado: declinaría por ella, ha dicho, si se le demuestra que ella tiene las preferencias electorales.

Cuando empezó su campaña, Torreblanca podría deducir que él tenía más popularidad que Román Ocampo dado que la última participación pública de ella había sido en 2005, justo cuando, a pesar de las diferencias entre ambos, la en esos tiempos todavía diputada local se sumó a su campaña por la gubernatura.

Zeferino Torreblanca llegó a ser un referente ineludible en el estado: fue el primer candidato del PRD en sacar al PRI después de más de 70 años en el poder, del municipio de Acapulco y del gobierno del estado, y fue, en su momento, el candidato a gobernador con más votos en toda la historia de Guerrero (solo sería superado después por Ángel Aguirre Rivero, quien ostenta por hoy el título del gobernador más votado en toda la historia de la entidad).

Tuvo dos épocas: una exitosa en la alcaldía, y una desastrosa en el gobierno del estado. Sus alianzas siempre fueron claras: con el priista José Rubén Robles Catalán cuando fue alcalde, y con los priistas (en particular con Ernesto Rodríguez Escalona, su contendiente por la alcaldía), y su confrontación permanente con los perredistas que lo llevaron al poder. Y ya fuera del poder, su alianza con el gobierno de Héctor Astudillo se refleja en el dato de que su principal operador político, Fernando Donoso Pérez, es también un operador político de alto nivel del mandatario priista.

Hoy que busca la alcaldía por el PT, la situación para Zeferino Torreblanca es diferente. Llega a esa posición primero con el antecedente de haber buscado ser alcalde en la elección pasada como candidato del PAN, y no solo de haber perdido, sino de haber quedado en un lastimero tercer lugar. Ni siquiera estuvo en la competencia, que se dio entre el priista Marco Antonio Terán y el ganador perredista Evodio Velázquez Aguirre.

En el proceso actual, Torreblanca Galindo tampoco tuvo mucha suerte. Buscó en Morena ser senador, apoyado por el enlace nacional César Núñez Ramos, pero no solo no alcanzó la postulación, sino que Andrés Manuel López Obrador ni siquiera lo recibió. Luego buscó ser candidato a alcalde, dicen que apoyado por Félix Salgado Macedonio, pero aunque ahora logró hablar con López Obrador por teléfono, no consiguió la postulación, que implicaría dejar fuera a la hoy candidata Adela Román Ocampo.

Perdidas esas opciones, buscó ser candidato a alcalde por el Partido Encuentro Social, que va en alianza con Morena, pero le ganó la partida el síndico con licencia Ilich Lozano Herrera, y también quedó fuera. En el PT no tenía ninguna oportunidad, porque este partido ya había dado su candidatura a Javier Solorio Almazán. Sin embargo la declinación de este para sumarse a la campaña de Adela Román, le abrió la puerta por fin para ser el candidato que anhelaba.

Como candidato ahora del PT, su campaña tiene una definición: “soy el único que puede rescatar a Acapulco”. Esta creencia lo ha llevado a asumir que con el solo hecho de presentarse va a arrasar como en 1999 y en 2005. Sin embargo, un día en un programa de televisión por Internet soltó lo impensado: estaría dispuesto a declinar por Adela Román si López Obrador se lo pide. El dato pasó un tanto desapercibido, hasta que lo dijo en una conferencia de prensa, donde observó que a pesar de haberlo dicho antes, nadie lo había buscado para tomarle la oferta. Luego ha seguido diciéndolo e incluso hizo un video para repetirlo y sacó un boletín haciendo un llamado a la unificación de la izquierda, con la opción de declinar “si el voto no me favorece” e invitando a Román Ocampo para hacer lo mismo.

¿Por qué este inusitado interés por retirarse? No deja de ser curioso que alega que Román Ocampo solo se cobija en «el paraguas» de López Obrador, pero es él en realidad quien lo hace, no solo buscando postularse dentro de la campaña obradorista, sino usando frases que lo liguen con el tabasqueño, como «la eZperanZa de Acapulco» o «Yo voy con ya Zabes quién».

Lo cierto es que, en el fondo, Torreblanca ya tiene las mediciones que lo ubican a él en uno de los últimos lugares de preferencia, mientras que Román Ocampo está en pleito cerrado con el priista Ricardo Taja. No obstante, no ha declinado, tal vez en la espera de que –como siempre- sea él quien imponga las condiciones.

Pero Torreblanca está a punto de cometer un error que, para él, será histórico. Su paso por la política ya demostró que pudo ganar solo cuando fue cobijado por la izquierda, y por sí mismo no va a ninguna parte. No lo fue con el PAN, ni lo será con el PT. Por eso, su mejor opción es declinar ahora. Así evitaría una nueva y aplastante derrota con el PT y, de paso, tendría un nuevo acercamiento con la izquierda. Quizá hasta dentro de tres años pueda ser candidato de Morena a diputado federal. Plurinominal, para no correr riesgos.

Pero su declinación debe ser sin condición alguna, humilde, y autocrítica; o no valdría nada.

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