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MANUEL NAVA   /

 

 

Cuando el sábado 18 de noviembre, los hermanos Víctor y Marcelino Sahunitla Peña fueron asesinados por hombres armados durante un bloqueo en la mina de oro de canadiense Torex Gold Resources Inc., la posibilidad de que México y Canadá formaran un bloque contra las “cláusulas venenosas” de Estados Unidos durante la V ronda de renegociaciones del TLCAN,  parecieron desvanecerse.

Jerry Dias, líder del mayor sindicato canadiense y participante en las negociaciones del TLCAN, aprovechó para empujar su mayor demanda respecto al tratado: que se alineen los salarios de los trabajadores de tres países.

«Reto al presidente mexicano Enrique Peña Nieto a mostrar un poco de valentía y hacer lo que es correcto, aceptar las reformas laborales propuestas en el TLCAN para garantizar el derecho a la libre asociación y negociación colectiva», dijo el dirigente sindical en el transcurso del 20 de noviembre. Dias culpó de las muertes a las malas condiciones en que laboran los mexicanos.

El 21 de noviembre Dias acudió a Cocula, en donde se encuentra la mina Media-Luna operada por la empresa canadiense, para reunirse con los trabajadores mexicanos y compañeros de los mineros asesinados.

Después de ello el líder laboral lanzó un comunicado con una primera frase contundente: «Unifor nunca apoyará un acuerdo NAFTA sin una reforma laboral en México» y agregó: «Los trabajadores mexicanos viven bajo la amenaza de violencia y explotación por parte de corporaciones multinacionales y sindicatos de empresas corruptas».

Aprovechó el viaje, también para criticar el aumento de ocho pesos al salario mínimo en México que entrará en vigor en diciembre y que anunció hoy la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos.

“A los trabajadores con salario mínimo se les pagará alrededor de 88 pesos o seis dólares canadienses por día, lo que aún los deja por debajo de la línea de pobreza mexicana», dijo.

“(El aumento) en términos de equilibrar el comercio, es irrelevante ya que no hay forma de que los trabajadores estadunidenses y canadienses compitan con sus contrapartes a quienes les pagan centavos por hora».

La supuesta solidaridad gremial de Jerry Dias, queda en duda cuando un tema muy sensible queda fuera de su discurso: los abusos de las compañías mineras que operan en México, muchas de las cuales son canadiense, contra trabajadores y comunidades.

En México, las empresas canadienses han encontrado una mina de oro para la explotación de recursos naturales, que, en contraparte, ha causado efectos medioambientales adversos y afectaciones a diversas comunidades.

La Comisión para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de México de la Secretaría de Gobernación hizo un estudio comparativo de la minería en México y Canadá que mostró que las compañías seguían reglas estrictas en su país, pero no en el nuestro.

Las empresas canadienses que asumen conductas ejemplares y responsables en su nación son a ciencia cierta las empresas más corruptas cuando invierten en el sector minero en México.

Datos del Índice de la Gobernanza de los Recursos Naturales 2017, muestran que en este sector hay poca transparencia en otorgamiento de licencias, pocos datos sobre el impacto social de la explotación de minas y distribución de los ingresos y carencia de regulaciones específicas sobre la reubicación de comunidades afectadas.

 

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