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MANUEL NAVA   /

 

La cultura es el contexto general en que se desarrolla la actividad turística. En cualquier destino e independientemente de la naturaleza de las personas que lo realizan siempre hay un tipo de contacto con la cultura receptora, contacto que se incrementa a medida que el patrimonio, las costumbres y las actividades de las comunidades rurales y urbanas se asumen como recurso para el despliegue de actividades turísticas.

Entonces la cultura otorga entonces, un valor agregado al producto turístico y lo convierte en una industria cultural en la cual libros, revistas, espectáculos de luz y sonido, videos reinventan los paisajes culturales.

Hasta principios de los 80, los diferentes gobiernos locales argumentaban que el turismo de sol, playa y arena que recibía Acapulco era incompatible con la actividad cultural. Quizá eso explica, en parte que algunos gobiernos decidieron dar más facilidades al turismo sexual en Acapulco. Fueron los años en que se tuvieron los primeros bares topless y derivaron en expresiones de otro tipo.

La feria de la Nao de China, desde que se instrumentó en el periodo de la presidencia municipal de Alfonso Argudín Alcaraz, tuvo la cultura como pretexto y no como contenido.

En su primera versión se incluyeron representaciones de ritos y danzas asiáticas. Expresiones culturales, pero circunscritas a la exhibición. Luego el evento tuvo como centro de atracción peleas de gallos y hasta balaceras… iniciaban las manifestaciones de fuerza del crimen organizado.

El periodo de Félix Salgado Macedonio, se retomó el evento con elencos artísticos de gran nivel pero con un concepto muy estrecho de la cultura.

En la actual edición, la feria fue puesta, primero como un ente sacrificable en aras de la solidaridad con los afectados por los siniestros ocurridos en septiembre cuando en realidad queda claro que su eventual cancelación radicó en la falta de orden administrativo y de transparencia de la actual administración municipal. Su realización se explica más en función de una intención política-electorera que en un verdadero intento de promover la cultura y enriquecer a la actividad turística.

El punto común de todas las administraciones que han instrumentado la Feria de la Nao de China (que por cierto, nunca vino de China sino de Filipinas) es el concepto estrecho que tienen de cultura y que la miran como una actividad de consumo.

La cultura forma parte del desarrollo económico cuando deja de vérsele como una actividad social dedicada exclusivamente a los asuntos patrimoniales o artísticos. Eso termina siendo una trivialidad similar a la una foto de sociales.

A la cultura se le debe tratar como  constitutiva del ser, del ethos, parte fundamental del  devenir histórico de los pueblos, por tanto debe ser ante todo  un asunto de interés público y político que haga del recurso cultural un catalizador de los procesos de desarrollo.

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