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* Cerró el candidato petista con un reducido mitin en el zócalo de Acapulco

ROBERTO RAMÍREZ BRAVO     /

Acapulco, 27 de junio de 2018. A Zeferino Torreblanca Galindo le habrá fallado la voz (y la gente) pero, dijo, no el corazón.

En zócalo, el hombre que se ha definido a sí mismo como el único que puede sacar adelante a Acapulco, como el mejor candidato “de izquierda”, como definitivamente el más popular frente a la candidata de Morena, Adela Román Ocampo, recordó que hace 25 años cuando incursionó por primera vez en la política “la gente supo lo que un voto contaba. Antes era difícil acceder al poder, hoy no tiene chiste, hoy cualquiera gana una elección”.

Apenas llevaba unos minutos hablando en lo que fue su cierre de campaña, cuando la garganta, seguro sobreexpuesta de tanto hablar en la contienda, le hizo una mala jugada y le quebró la voz. Zeferino aguantó: “…pero tengo el corazón; fallará mi voz, pero no mi corazón”, dijo, sonriente. Y así siguió el discurso, con requiebros que provocaban risas en él mismo y en el público. Se dio tiempo, entre gallos, entre risas, entre pausas obligadas, para denunciar que “los retardatarios quieren regresar a hacer de las suyas”. Ahora, dijo, son chaparritos. Y aunque admitió que él mismo no es muy alto, señaló que “hay que echar fuera a los enanos del tapanco”, con la aclaración de que se refería a una estatura mental.

En el zócalo no había mucha gente. No, al menos, nada que justificara los desplantes previos de Torreblanca. Había una quinta parte de lo que juntó Joaquín Badillo o una décima de lo que juntó Adela Román en el mismo lugar, o tal vez en otras proporciones, pero definitivamente mucho menor que los otros dos. Para situarlo gráficamente: el templete estaba a medio zócalo, antes de comenzar la zona arbolada, y la gente abarcaba hasta donde antes se ubicaba el quiosco, es decir, unos pocos metros adelante.

No obstante, Jair García, el candidato a diputado que se fue del PRD a Morena cuando no obtuvo cargo, y que dejó Morena cuando tampoco ahí consiguió cargo, señaló que el PT no necesita figuras nacionales para juntar gente, pues con Zeferino Torreblanca es suficiente. Y es que tampoco hubo ningún representante nacional del PT. Ni siquiera representante estatal. La única figura destacada en el templete fue la regidora Alma Juárez Altamirano. La otra regidora zeferinista, Gloria Sierra, se encontraba al extremo del templete, mezclada entre la gente. Ni siquiera el ex asesor o asesor del gobernador, y actual candidato suplente a alcalde, Fernando Donoso, se dejó ver.

Pero Torreblanca no perdió el optimismo. “Ahora que llegue al Ayuntamiento de Acapulco –dijo- no voy a hablar mucho. Solamente voy a actuar”.

En cambio, los presentes fueron los integrantes de la planilla municipal, que son el mismo grupo compacto que ha acompañado al ex gobernador: Magaly Salinas como primera síndica; Leodegario González Figueroa, segundo síndico; y los candidatos a regidores, María Elbjorn Trani, Damián Terrazas, Nora Elisa Méndez, Laura Olivia Lopezvictoria, Digna Marroquín. También estuvieron los candidatos a diputados locales Laura Caballero, Yaír García, Navany Molina, Clemente Gallegos, Humberto Parra.

Torreblanca afirmó que no es “proxeneta de la política” ni tampoco “un gambusino de la política”. Aunque él ha sostenido que desde el 20 de mayo pidió públicamente a López Obrador que le pidiera renunciar por la candidata de Morena, Adela Román Ocampo, ayer dijo que cuando el tabasqueño le pidió la declinación no lo hizo porque “los principios son indeclinables, la congruencia no tiene reversa”.

Dijo que sí está “con AMLO, pero AMLO necesita en Acapulco alguien que pueda con el puesto”.

En ese momento, una porra recorrió el mitin: “¡Que decline Adela, que decline Adela!”

Pero, como él mismo dijo, ya no son tiempos de declinaciones.

Por la mañana, la coalición Juntos Haremos Historia dio a conocer una encuesta elaborada por l Comisión Nacional de Encuestas de Morena, el martes, en la que Adela Román lleva 45 por ciento de la intención del voto; Ricardo Taja (PRI-Verde), lleva 26 por ciento; Joaquín Badillo (PRD, PAN, MC), 13; y Zeferino Torreblanca 2 por ciento. Por partidos, Morena lleva 51 por ciento; PRI, 14, Verde 5; PRD 16, PAN 5 y MC, 3; y PT, 2 por ciento.

Sin embargo, el optimismo de los candidatos fue cosa de reconocerse: pese estos indicios, ni uno solo contempló la posibilidad de perder. Todos se vieron como la opción ganadora, en sus propios discursos, que pronunciaron antes que Zeferino Torreblanca.

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