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ROBERTO RAMÍREZ BRAVO    /

 

Acapulco, 27 de abril de 2022. 

Por extraño que parezca, en el gobierno municipal de Acapulco hay un equipo que está trabajando en un proyecto político que tiene como figuras principales a dos mujeres: la alcaldesa Abelina López Rodríguez, y la secretaria de Desarrollo Social, Leticia Lozano Zavala.

La estratega, sin embargo, no es la alcaldesa, sino la secretaria. Esta coordina los esfuerzos que van dirigidos a dos escenarios simultáneos, o uno, según se den las circunstancias.

En principio, para Abelina López, el proyecto es la reelección en la presidencia municipal. Sus asesores creen que a pesar del desgaste que ha sufrido en sus primeros siete meses de gobierno, podrá reelegirse y llevar hasta a seis años su administración y, ¿por qué no?, en 2027 suceder a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda.

Por muy descabellado que parezca, hay indicios de que es real el trabajo de este equipo. La otra parte de la estrategia es convertir a Leticia Lozano en diputada local por el distrito V como primera opción; y, si la reelección no cuaja, impulsarla a ella como sucesora en la alcaldía.

Desde la Secretaría de Desarrollo Social, Leticia Lozano se ha convertido en la verdadera operadora del gobierno municipal, y una muestra del poder que la alcaldesa le ha dado, es encabezar justamente la dependencia que mayores recursos maneja.

En los corrillos municipales se comenta que la secretaria de Desarrollo Social se ha involucrado en todas las áreas estratégicas de la administración. Fue -según algunas fuentes- la autora intelectual del procedimiento mediante el cual la compra de los camiones recolectores de basura se operó sin licitación pública real; y -según otras- no hay nombramiento, así sea pequeño, que no cuente con su visto bueno.

En el distrito V, la secretaria está canalizando buena parte de los distintos programas sociales que tiene el ayuntamiento. Para ello cuenta con el apoyo del director de Reglamentos, Ernesto González Pérez, quien ya fue diputado local por ese distrito y es considerado el candidato natural, aunque según estos indicios, estaría cediendo el lugar para la secretaria.

El problema, sin embargo, es que la estrategia tiene fallas de origen. De acuerdo con gente cercana a este equipo, Leticia Lozano no es propiamente una persona amigable, y ha tenido conflictos con el grupo cercano de la alcaldesa; eso ya había pasado antes en el movimiento social del cual ambas provienen, por lo que el núcleo cerrado abelinista se había disgregado, aunque la opción de gobernar el municipio los volvió a juntar.

Dicen que Leticia Lozano suele apartar incluso a empujones a quienes se acercan a la presidenta, en particular funcionarios o políticos; y a ella se atribuye la estrategia de la presidenta de confrontarse con los medios de comunicación y elegir solo a aliados para trabajar con ellos.

En cuanto a Abelina, le ha tocado la mala fortuna de los constantes segundos lugares: es la segunda mujer en gobernar Acapulco tras ganar una elección; encabeza el segundo gobierno de la Cuarta Transformación en el municipio; y es la segunda originaria de otra entidad en gobernar el puerto, ya que antes lo gobernó Zeferino Torreblanca, nacido en Jalisco; es la segunda alcaldesa acapulqueña en recibir el gobierno con una alerta sanitaria, pero la primera en no poder levantarla a siete meses de asumir el cargo; y sería también la segunda mujer en aspirar a una reelección en la alcaldía.

Dice el refrán que segundas nunca serán primeras, y esa es una fatalidad que sus asesores intentan acotar. El caso es que la alcaldesa ha abierto tantos frentes de batalla que es difícil prever en qué terminará esta historia. Su distanciamiento con la gobernadora Evelyn Salgado es lo que más les preocupa, pero no lo único, pues a finales del año pasado Abelina López dejó de ser invitada a las sesiones de la Mesa para la Construcción de la Paz, después de que en una reunión le dijera a los mandos militares, marinos y civiles presentes, que su estrategia no sirve para nada; y en lo político, solo ha establecido alianza con Luis Walton y Pablo Amílcar Sandoval, pues tanto Evodio Velázquez como Zeferino Torreblanca, sus mentores, han tomado distancia de ella.

Al interior de Morena, está intentando crear su propia corriente, encabezada por Leticia Lozano, pero no ha logrado consenso ni con sus aliados, pues, por ejemplo, se alió con Pablo Amílcar Sandoval pero se mantiene distante de los pablistas, a ninguno de los cuales se les ha visto cerca de su administración.

Mientras tanto, la ciudad permanece en el caos, con una alerta sanitaria sin resolver, con dos alertas de violencia de género, con reclamos por falta de agua no solo en las colonias sino en la zona hotelera, con asesinatos en la Costera. Y para agravar las cosas, está la falta de puntería para definir prioridades: en plenas vacaciones, cuando los turistas abarrotaban la ciudad, la alcaldesa no estuvo al frente de los operativos para garantizar un buen trato a los visitantes; ella andaba chaponando cerros, y luego se fue a Orlando, en un viaje ¡para promover la visita de más turistas! Y ya en Orlando, el día en que comenzaba la Convención de Cruceros… se regresó.

Es un poco difícil definir en estos momentos cuál será el rumbo del gobierno de Abelina López, a pesar de que ya pasaron siete meses, pero el tema de la reelección se antoja algo aventurado, sobre todo porque normalmente los gobiernos entran en crisis al final del período y la imagen del gobernante se cae cuando su tiempo ya pasó y está entrando el nuevo. Pero en el caso de este gobierno ha sido al revés: los primeros siete meses han sido de una verdadera crisis, y no se sabe cómo serán los que vienen, si habrá una mejoría, o de plano seguirá el hundimiento.

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