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RAÚL SÉNDIC GARCÍA ESTRADA   /

 

 

Acapulco, 19 de marzo de 2020.

El Gobierno Municipal de Acapulco que encabeza Adela Román Ocampo, presentó el libro Acapulco, una mirada en el tiempo, en donde se destaca la importancia de Acapulco en la historia, en el comercio y la conexión marítima con el mundo, en la cultura, en la literatura, las artes y las letras.

En sus páginas se describe a ese Acapulco que destaca como uno de los puertos más icónicos del mundo, espacio de inspiración para compositores, cantantes, escritores y literatos.

Las lecturas que se presentan van desde la mirada histórica de Miguel León Portilla, que describe el tránsito de México-Tenochtitlán a Acapulco, en tiempo de Ahuítzotl.

La importancia histórica y antropológica, la ruta permanente entre Acapulco y los señoríos de Taxco e Iguala, las comunicaciones con Acapulco desde Mexico-Tenochtitlan, cuando recién se daba la conquista, se describen de forma precisa los paisajes y los nombres del lugar, un recorrido a través de la historia, imprescindible para crear y reafirmar la identidad acapulqueña, adentrándose en diversos aspectos remotos, las acciones de personas ilustres, volteando la vista hacia la época prehispánica y colonial hasta llegar al escenario paradisíaco actual.

El puerto de Acapulco, visto por los más avanzados historiadores, antropólogos, viajeros, literatos, escritores, poetas, que paso a paso van construyendo y reconstruyendo las identidades colectivas, desde diferentes enfoques y perspectivas, testigo preferido de viajeros y de turistas, un trabajo que recoge la vida cotidiana en un recorrido en el tiempo, en el espacio que es Acapulco, que narra las anécdotas, que recoge la tradición oral de un pueblo.

Este libro está lleno de bellas melodías, de paisajes comunes, de historias de amor, de emblemas de cine, de poemas diversos, rescatando los grandes momentos del Acapulco del ayer y de hoy, un lugar de cálidas aguas, que por años ha sido polo turístico y de desarrollo, un espacio que disfrutamos a cada momento, espacio de residencias de sin número de personalidades y artistas, escenarios de grandes eventos internacionales, de puestas de sol, de recorridos y travesías, de grandes descubrimientos.

En Acapulco, una mirada en el tiempo, se concentran cuentos, canciones, ensayos, testimonios, investigaciones históricas, relatos, historias, donde convergen la fe, el amor, la alegría y la melancolía, un libro que es imprescindible para los acapulqueños y los estudiosos de Acapulco, para historiadores, sociólogos, investigadores, antropólogos, literatos y escritores.

En sus páginas podremos encontrar trabajos como Yo, el Fuerte de San Diego, de Marcelo Adano Bernasconi, que describe la importancia y la belleza, la historia del Fuerte de San Diego desde su construcción, su papel como defensor de la Bahía de Acapulco, su posición estratégica, un trabajo histórico muy bien construido y el ensayo Historia de Acapulco, de Miguel García Maldonado.

El trabajo de la historiadora y maestra emérita de la Universidad Autónoma de Guerrero, Luz Alejandra Cárdenas Santana, quien nos describe las prácticas y los haberes (afromestizas en Acapulco, 1621-1622), o el fragmento de una larga carta de Ignacio Manuel Altamirano, que es en realidad una novela de aventuras en el mar, que se llama Los fantasmas del mar, también el trabajo histórico de Paco Ignacio Taibo II, Morelos en Acapulco, que describen las fuerzas rebeldes de José María Morelos y Pavón en lo que es el Parque Nacional El Veladero, los cruentos combates de un ejército de los pobres o el trabajo histórico, las observaciones sobre Acapulco de Alejandro Von Humboldt, Juárez en Acapulco, de Luz de Guadalupe Joseph Zetina, en él vienen cuentos, fragmentos, como Se está haciendo tarde, de José Agustín; descripciones de Jorge Ibargüengoitia, trabajos de Rosa Beltrán, de Elena Poniatovska, de Baloy Mayo, de Juan Villoro, o los poemas de Julio Zenón Flores Salgado, de Humberto Parra, de Francisco Tario, o el trabajo excelente de Acapulco, un puerto en la utopía, que señala Acapulco en una construcción simbólica de Frida Varinia Ramos Koprivitza.

Al final, una mirada gráfica que contiene imágenes de Acapulco desde 1614 hasta 1950, cartografías, ilustraciones, fotografías del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

En contraportada se señala que pocas publicaciones se pueden dar el lujo de reunir en un mismo volumen, una gran cantidad de autores, voces, pero sobre todo, distintas miradas sobre un mismo lugar, por demás especial: el gran puerto de Acapulco. Sitio que podemos ver, sentir y tratar de entender desde su fundación, pasando por todas las etapas de la historia, a través de crónicas, leyendas, ficciones y visiones poéticas que, sin duda, ha inspirado esta emblemática y singular ciudad, que en esta obra es, definitivamente, la protagonista.

Como la recuerda la escritora Rosa Beltrán: “…Acapulco era el lugar del que todos hablaban cuando hablaban del paraíso”. En esta memoria colectiva y en este innegable paso del tiempo, y a pesar de los conflictos económicos y sociales, Acapulco no ha perdido su vocación de servicio y destino turístico, no ha perdido su encanto tanto para propios como para extraños, por el contrario, esta es una muy buena oportunidad de adentrarnos en sus “aguas profundas” de las tantas historias que se han bordado a lo largo y a lo ancho de este maravilloso puerto sureño, que nos representa dignamente en el mundo.

 

 

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