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GABY CARMONA ASTUDILLO   /

 

Acapulco, 03 de junio de 2020.

La alcaldesa de Acapulco, Adela Román Ocampo, asumió el reto de hacer frente a la pandemia tomando decisiones difíciles, conociendo de antemano que estas serían duramente criticadas y seguramente tendrían un fuerte costo político para Morena.

Román Ocampo ordenó el cierre de la actividad de un sinnúmero de establecimientos en todo el municipio e informó del cierre de las playas, incluso antes que lo ordenara el presidente de México. Había una poderosa razón: evitar el mayor número de contagiados por el coronavirus

Adela Román fue duramente criticada por sus adversarios de fuera como sus no aliados dentro de Morena, partido político que la postuló y la llevó a la presidencia municipal de Acapulco.

Sus adversarios se le fueron no encima sino a la yugular, y sus no aliados de Morena, empezaron a deslindar a ese partido de ella, se negaban a cargar el costo político de esa decisión.

Sin embargo, Adela se mantuvo firme en su decisión y asumió toda la responsabilidad que eso implicaba.

Pero la población -acostumbrada a politizar todo- se negó a escucharla, no quiso oírla y no aceptó los llamados a quedarse en casa. La población no tuvo conciencia del grave riesgo en que se encontraban.

Todos los grupos económicos se le fueron encima y los adversarios morenistas se deslindaban de ella, sin embargo, no bajó la guardia en ningún momento.

Como cabeza de gobierno asumió la responsabilidad que le correspondía, si bien es cierto, las actividades no esenciales se detuvieron en el ayuntamiento porteño, su gobierno abrió otro frente para ayudar a las familias más vulnerable, y por medio del DIF Acapulco ordenó la instalación de más de 30 comedores comunitarios en igual número de colonias y comunidades.

Nadie puede decir que la alcaldesa se fue a esconder a su casa a cuidarse del covid19, por el contrario, permaneció y permanece al pendiente de la situación.

Sus adversarios políticos le dieron duro cuando la voz se le quebró cuando suplicó a los acapulqueños mantenerse en sus casas y cuidar la sana distancia. Sus adversarios aprovecharon para burlarse del momento. Adela es de carácter fuerte y extrañó que mostrará su debilidad.

Y es que hasta ese día las cifras eran a la alza, ya se hablaba que el 50 por ciento de la población está viviendo con el virus del covid19. De ahí la preocupación.

Hoy en día, hay familias completas que están pasando por momentos difíciles, hoy se acuerdan de las palabras de Adela Román de no salir a la calle, de cuidarse, de lavarse las manos, de ponerse el cubre bocas, hoy le dan la razón, de que debieron escucharse.

Pero Román Ocampo no baja los brazos, y en plena pandemia, supervisó que cada área de su gobierno hiciera su trabajo, en plena temporada de lluvias, personal del honorable ayuntamiento dedicó tiempo y esfuerzo a limpiar canales y arroyos.

Adela podrá tener defectos, pero ante el covid19 nadie podrá decir que se mantuvo con los brazos cruzados, y fue el propio presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, quien le envió un mensaje de esperanza, aliento político que a más de dos le hizo levantar la ceja, ver para creer.

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