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* Urge generar condiciones para que las lenguas indígenas no queden en desuso y se mueran ante el olvido y la negación de los portadores. El llamado es a que las instituciones generen publicidad en idiomas indígenas y que los medios de comunicación abran espacios para el ejercicio de un periodismo diverso

Kau sirenio  /

En México, hablar una lengua indígena significa vivir aislado o condenado a una pena máxima en la cárcel solo por no hablar el castellano. Al menos que el indígena haya ido a una universidad para blanquearse y es muy probable que lo señalen en círculos sociales como ser exótico.

En este país se encarcela a los indígenas que no hablan la lengua que le impone el Estado mexicano. La falta de intérprete en lenguas indígenas les priva del derecho de de acceder a la justicia.

El racismo y clasismo en México genera violencia cultural y condena a los indígenas a negar su identidad lingüística. Mientras que las instituciones de procurar y administrar justicia cada día se alejan de la diversidad cultural del país, porque es más fácil negar derechos que reconocerlos.

Un día, la lingüista Yásnaya Aguilar me dijo en una entrevista para Pie de página: “ A las categorías culturales oprimidas como la población de comunidades indígenas se les hizo creer que son inferiores”.

Llama la atención que se discrimine a la población rural cuando no está en la categoría cultural racializada, sin embargo, se discrimina por el color de la piel, por ser prieto o moreno, así como a los indígenas que han sido históricamente rurales.

Lo cierto es que el racismo expresa su peor forma de discriminación en torno al color de la piel, o a las diferencias culturales; sin duda es algo que se vive todos los días, una gran cantidad de personas sufren la exclusión.

Que las lenguas indígenas mueran lentamente en algún rincón del mundo o en México no es gracia al espíritu santo, es porque el peso que los indígenas llevan a cuesta al no saber si en los hospitales o cárceles van a tener las formas de hablar su lengua materna.

La estadística no miente, cada día dos de cada 10 familias indígenas dejan de enseñar a sus hijos a hablar su lengua materna, porque no quieren que sus retoños carguen con el mismo peso de la discriminación.

En México, hace falta cambiar la narrativa y empezar a educar desde la diversidad cultural. Mientras esto no ocurra, la muerte de las lenguas indígenas es inevitable, y la desertificación cultural es más palpable.

Hace 40 años en Guerrero, según documentos oficiales, se hablaban 14 lenguas maternas, sin embargo, en los últimos años solo se hablan cuatro, las cuales enfrentan una grave crisis de sobrevivencia debido a la migración y a la educación castellanizada.

Urge generar condiciones para que las lenguas indígenas no queden en desuso y se mueran ante el olvido y la negación de los portadores. El llamado es que las instituciones empiecen por generar publicidad en idiomas indígenas y que los medios de comunicación abran espacios para el ejercicio de un periodismo diverso.

Tomado de PIE DE PAGINA

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