Compartir

 

Raúl Suárez Martínez   /

 

Chilpancingo, 09 de enero de 2021.

Al punto de la locura, los pequeños priistas y sus más aún pequeños aliados, subordinados, han enfocado sus baterías contra Félix Salgado Macedonio, senador con licencia y coordinador de los Comités de defensa de la cuarta transformación o algo así.

No, no es el candidato todavía. Morena, y todos lo saben, hace esa designación para que sus aspirantes puedan moverse en todo el territorio que les corresponde, sin temor a ser acusados de realizar actos de precampaña, solo que algunos acusan amnesia.

Lo que está sucediendo no es producto de una mente atrofiada por el alcohol y tal vez las drogas; el ex fiscal fue utilizado por el poder, el mismo al que sirvió, pero como son torpes no esperaron el efecto boomerang y que su propia trampa se le revirtiera al gobernador Héctor Astudillo. Analicemos los datos.

¿De dónde está saliendo tanto dinero para mantener una campaña mediática contra el Toro? Por más resentimiento que haya del equipo de Pablo Amílcar Sandoval, ellos solos no podrían sostenerla; además, le busquen por donde le busquen, huele, apesta, a modus operandi priista: sus articulistas nacionales preferidos, sus medios escritos y electrónicos preferidos, que están por cierto ávidos de dinero, más las limosnas que en Guerrero han repartido a sus plumíferos de toda la vida.

¿De dónde pudo haber salido el presunto expediente? Ese estaba en poder o fue elaborado expresamente desde la Fiscalía estatal, desde ahí manos amigas y perversas lo entregaron a los medios comprados para socializarlo. Extrañamente acusaban que, durante años, no había promoción ni aparecía ese expediente y hoy que, casualmente se necesita, todos lo tienen, rompiendo, violentando, el debido proceso, poniendo en riesgo incluso que en caso de ser cierta la denuncia, por esa razón ya sea improcedente la acción penal. Si, en su momento dice el ex fiscal Olea que Astudillo le impidió proceder legalmente, es impensable que el gobernador no haya tenido nada que ver con su difusión, es su aparato de comunicación junto con los operadores añorvistas quienes tienen metidas las manos.

¿Han notado, por cierto que la clase política de la triple alianza casi en extinción no han abierto la boca? Prácticamente han sido los medios, algunos periodistas y seudo analistas, los que han mantenido el tema en el ambiente; eso solo se logra con dinero, y, este último, solo hay en abundancia para estas perversidades en el gobierno de Astudillo, no le busquen más.

En el colmo de la estupidez, requieren, sugieren, exigen, que Félix Salgado Macedonio demuestre su inocencia, que litigue en las redes y los medios, lo juzgan y condenan al cadalso político, recuerdo que cuando pasé frente a la entonces Facultad de Derecho, enseñaban que en México prevalecía la presunción de inocencia, para todos, y que era la autoridad motivada por la demanda, queja, denuncia o querella de la parte agraviada quien, tenía que probar la culpabilidad. Que para eso hay instancias legales; las redes sociales son quema pueblos pero no imparten justicia.

Si existe la víctima, que vaya a las instancias legales, si quiere llevar a todos los de las redes como abogados aunque la mayoría no sepan nada, que los lleve, pero no quieran juzgar y condenar, menos tergiversar el derecho para impartir “su justicia”.

El miedo real es que en estas elecciones va a triunfar Félix Salgado y, a toda costa, quieren tumbarlo sin dejarlo jugar.

Compartir:

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here