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ROBERTO RAMÍREZ BRAVO   /

 

Acapulco, 09 de junio de 2020.

El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, exhibió en la conferencia de prensa de este martes en Los Pinos, un complot de la oposición de derecha contra su gobierno, y la presunta creación de un llamado Bloque Opositor Amplio (BOA).

La estrategia estaría contenida en un documento que, según dijo el mandatario, “el pueblo” le hizo llegar a la Presidencia, y en él figuran como líderes los expresidentes panistas Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, además de partidos como el PAN, PRI, PRD, MC y México Libre, los 14 gobernadores de estados encabezados por estos partidos, así como alcaldes de las principales ciudades donde ellos gobiernan; periodistas (Carlos Loret, Brozo, Ciro Gómez Leyva, Pablo Hiriart, León Krauze, Dennise Desser), intelectuales (Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze, Jorge G. Castañeda, Amparo Casar y Leo Zuckerman) y periódicos como Reforma, El Universal, Proceso, y la revista Nexos , la Coparmex y otros grupos empresariales.

La estrategia es buscar la derrota electoral de Morena en 2021, quitarle el control del Congreso, y lograr la salida de López Obrador en 2022 mediante la revocación del mandato. Para ello, los promotores del BOA plantean presentar candidaturas únicas en los distritos para disputar el Congreso, cuidando el perfil de los candidatos; que las cámaras empresariales apoyen con recursos, personal, manejo de redes, etcétera; desatar una campaña para culpar a López Obrador del desempleo y la inseguridad, y cabildear en Washington, en corporativos del T-MEC y con la prensa extranjera.

Como era de esperarse, los principales actores involucrados en este documento, han salido a deslindarse de él y responsabilizar al gobierno federal de la autoría del mismo. Destaca, en todo caso, un comentario en Twitter del ex presidente Felipe Calderón, quien señala que es derecho de la oposición organizarse, y es delito el que el gobierno la espíe.

Más allá de si el documento es auténtico o no, es necesario partir de ese principio: es un derecho de la oposición organizarse para derrotar al gobierno que está en ejercicio del poder. Eso ocurre en cualquier democracia y es sano que suceda.

Lo otro, es el caso particular de la oposición en México. En realidad, la oposición, entendida como un segmento de la población que difiere de la política del gobierno en turno, no existe. Lo que hay es un reducido grupo de personas que tuvieron el gobierno antes, o que se beneficiaron de los gobiernos anteriores y hoy ven perdidos sus privilegios.

Medios de comunicación y periodistas no disimulan ante la abundante información oficial, que su problema con López Obrador son los cuantiosos contratos que dejaron de tener; los expresidentes, obviamente, perdieron su pensión, todos los recursos millonarios para mantener sus fundaciones, el apoyo del Estado Mayor Presidencial; y los empresarios, los grandes empresarios, perdieron los ingresos que significan los cotidianos rescates de sus empresas en quiebra que hacían los anteriores gobernantes, y las condonaciones de impuestos.

Por ello, es fácil ver que no hay ningún planteamiento sobre la ruta que debería seguir el país -lo que, por cierto, tampoco hubo cuando ejercieron el poder, más que llevarlo al despeñadero-, sino el único objetivo es desbarrancar a la 4T y terminar anticipadamente con el gobierno de López Obrador.

Es una oposición que no ha logrado cohesionarse, aunque ha buscado cualquier oportunidad para intentarlo; pero sus mismas diatribas, su falta de pudor para usar noticias falsas y su malquerencia del gobierno lopezobradorismo como único argumento, han logrado que el pueblo liso y llano vea a este grupo como el verdadero lastre para el avance del país, y al presidente López Obrador como la única opción para sacarlo adelante.

Si el documento del BOA es un invento, sería como dijo Pedro Aspe, un invento genial, porque en lugar de anunciar una estrategia pensada a futuro, estaría describiendo las acciones -y los actores- de esa oposición: todos sus planteamientos ya están en marcha, incluyendo el cabildeo en el extranjero.

Como se ha dicho, la oposición tiene el derecho de organizarse y buscar la manera de derrocar al régimen en turno. Pero bien harían estos opositores de Twitter, en pensar en un elemento que al parecer no están tomando en cuenta: el pueblo, por muy demagógico que eso les parezca.

López Obrador llegó al poder después de 18 años de una lucha que ha sido reconocida no solo por organismos internacionales, sino, sobre todo, por la propia gente de México. Por ello sus altos niveles de popularidad. Cualquier estrategia de la oposición tendría que tomar en cuenta este detalle.

El pueblo que acompañó durante 18 años a este presidente cuando era candidato, y que le dio oportunidad de gobernar a los panistas, incluso una segunda oportunidad al PRI, ahora está vigilante. El país viene de una debacle en todos los sentidos. Aunque obviamente esa oposición clama por que no se recuerde el pasado, sino se gobierne -y se solucionen los problemas que ellos  no pudieron o no quisieron resolver- como si el tiempo hubiera empezado en 2018, lo cierto es que los ciudadanos están cansados de lo que fueron esos gobiernos, que ahora exhiben con claridad que su interés es el beneficio propio.

Para tener una oportunidad, la oposición debe empezar por tener autoridad moral. Pero no la tendrá ante los mexicanos, si sigue descalificando todo lo que hace López Obrador, si sigue mostrándose como rapaz, mentirosa, y, al final, como el verdadero obstáculo para el cambio.

Una oposición que no busca la empatía con la población, y que abiertamente se declara en contra de los intereses populares, difícilmente tendrá otra alternativa más que buscar la alternancia mediante estrategias golpistas, y mediante el sometimiento a gobiernos o poderes fácticos del extranjero.

Por el bien de todos, sería sano que se serenaran, y que argumenten de cara a los ciudadanos, no con diatribas ni noticias falsas. Una oposición como la que está ahora, es igualmente inútil para el país, como lo fueron los gobiernos que encabezaron.

 

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