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GABY CARMONA ASTUDILLO   /

 

Acapulco, 21 de marzo de 2020.

La mayoría de los mexicanos tiene un serio problema de autoridad, no les gusta que los manden, ni que se les diga qué es lo que tienen que hacer, por muy grave que sea el problema, la mayoría desafía a la autoridad, la reta, no está dispuesta a obedecer.

Nadie sabe a ciencia cierta lo que hay atrás de esta pandemia que tiene a varios países  del mundo envuelto en este asunto.

México es un caso atípico, singular, algunos tachan de irresponsable al jefe del ejecutivo por  negarse a seguir los lineamientos que desde la ONU, OMS, OMC, FMI le han ordenado acatar. Algo debe saber AMLO que se niega a aceptar protocolos del exterior para seguir este juego perverso impuestas por las 13 familias más poderosas de la tierra y qué forman parte de ese grupo de poder que decide el rumbo de los demás.

El miedo es la única forma que tienen para controlar, pero, mientras son peras o manzanas, se busca cumplir con la directriz ante el pánico generado en el mundo por esta pandemia -cierta o falsa-.

Los mexicanos tenemos un sentido del humor peculiar para tomar los asuntos “graves” en serio,  y cuando la autoridad decide asumir la parte que le corresponde, un sector importante de prestadores de servicios turísticos, vendedores ambulantes, comerciantes formales o como se llame, fustiga a la autoridad y exige casi casi que le pague por los ingresos que no percibieron ante el llamado de no visitar playas, plazas públicas y un largo etc, etc., la mayoría de los bares, restaurantes, comercios y demás se negaron aceptar el exhorto y desafió a la autoridad.

Ojalá que quienes desafiaron al gobierno, no vayan a ser los primeros de una estadística de enfermos, ruego para que no se registre nada fatal, no se trata de hacer quedar mal a una autoridad solo por ser de un partido diferente a los que habían tenido el poder, de lo que se trata es de que un gobierno en este caso el municipal hizo la parte que le correspondía en esa esfera de poder. No mintió, no engañó, quizá fue la única autoridad que tuvo el valor para atreverse a decir, lo que otros no quisieron hacerlo ante el riesgo del costo político, no olvidemos que en el 2021 habrá elecciones.

La actitud asumida por el gobierno de Adela Román Ocampo es la correcta, hizo la parte que le correspondía, no se trató de politizar un asunto serio de salud pública, lo que se buscaba era prevenir a esta población de los riesgos a los que se estaba exponiendo con salir a la calle, a la playa sin las medidas de salud recomendadas por el sector Salud.

Ojalá que se logre comprender eso, a los mexicanos y a los acapulqueños, a la gran mayoría, les gusta vivir al filo de la navaja, por eso, en caso de que en Acapulco se disparen los números de personas contagiadas, después no vayan a decir que el gobierno de Acapulco no hizo lo suficiente para evitar el contagio. Entonces como sociedad se debe asumir la parte que le toca bailar en este problema de salud que se vive, no hace falta ver caer a los enfermos por el covid19 caer a las puertas de un hospital, o caer de seco en las calles. Nada nos cuesta tomar las cosas con precaución y responsabilidad mientras son peras o son manzanas.

Veremos qué pasa.

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