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ROBERTO RAMÍREZ BRAVO   /

 

Acapulco, 17 de agosto de 2020.

En el PRI, ya se da por un hecho que el ex gobernador Ángel Aguirre Rivero podría ser el próximo candidato a la presidencia municipal de Acapulco, en una alianza partidista en la que estarían juntos el tricolor, el PRD, el PAN y Movimiento Ciudadano, por lo menos.

Sería una alianza para arrancarle a Morena la hegemonía en el municipio y a la vez resquebrajar el apoyo que representa en la lucha por la gubernatura, el tercio de la población estatal que habita en Acapulco.

Con o sin razón, se ha visto la llegada de Sofío Ramírez Hernández al comité municipal -y al mismo tiempo delegado del CEN en el puerto- como la colocación de una pieza que movería la bisagra sobre todo ante el PRD, partido que en una alianza con el PRI se jugaría su propia definición histórica.

Sofío Ramírez es un alfil de Ángel Aguirre. Todos los cargos que obtuvo -alcaldía de Tlalixtaquilla, diputación federal, en el gabinete-, siempre fueron al amparo del ometepequense. Cuando Ángel Aguirre dejó el PRI y se fue al PRD, él también viró al perredismo, donde fue senador por impulso de su amigo. Dicen los que lo conocen de cerca, que Sofío Hernández es un eficaz operador político para la causa del aguirrismo. Cuando Aguirre dejó el PRD, y tras no haber conseguido la candidatura a gobernador que el ex mandatario le había prometido, Sofío regresó al PRI, que ahora representa en Acapulco.

Ángel Aguirre, por su parte, es el político guerrerense que ha demostrado mayor colmillo político en los últimos tiempos. Fue dos veces gobernador, se enfrentó a su partido original cuando este lo quiso marginar de la candidatura y le ganó a través de la oposición perredista, sobrevivió al tsunami de la desaparición de los 43 normalistas, y pese a que sigue habiendo quienes intentan responsabilizarlo por esos hechos, hasta ahora ha resultado ileso. Incluso su salida de la gubernatura, no fue porque fuera responsable, o al menos imputado, sino precisamente para dejar que la investigación se llevara a cabo sin contratiempos.

En este momento, Aguirre Rivero es el político que más fichas tiene en el tablero político estatal: Sofío Ramírez en el PRI de Acapulco, representando al CEN; Alberto Catalán Bastida, su otro hijo político, como dirigente estatal del PRD; y en el PAN, Aguirre tiene como aliados a la pareja formada por el dirigente estatal Marco Antonio Maganda y su esposa la diputada Guadalupe González Suástegui, hija esta última de Proceso González Calleja, un perredista ligado al aguirrismo.

Inclusive, en Movimiento Ciudadano, Ángel Aguirre tiene un pie a través de su pariente Luis Walton Aburto, quien a pesar de haber renunciado a este partido y de buscar la candidatura a gobernador por Morena, tiene todavía el control de MC en Guerrero a través de todo su equipo íntegro que se quedó. Y en el PT, la pieza clave podría ser la casi candidata de ese partido al gobierno del estado, Beatriz Mojica Morga. Ella, como se sabe, fue secretaria de Desarrollo Social en el gobierno aguirrista, propuesta por él para sustituirlo en el interinato que finalmente quedó en manos de Rogelio Ortega, y fue también incluida por él en la terna de aspirantes a la candidatura al gobierno estatal en 2014 (la elección fue en 2015).

De modo, pues, que Aguirre Rivero, aunque él mismo ha dicho que no estaría interesado en este momento en ocupar un cargo de elección, se convierte en una ficha primordial para Acapulco. ¿Qué podría salir mal?

Sin embargo, Aguirre Rivero es un hombre prudente en política y muy hábil conocedor de tiempos y escenarios. En la medida en que avanza la investigación del caso Ayotzinapa, esa etapa podría irse quedando atrás, con la única salvedad, no desdeñable, según algunas voces informadas, de que el ex gobernador todavía no ha presentado los protocolos de actuación de los cuerpos policiacos a su cargo, que le está requiriendo la Fiscalía General de la República.

En el supuesto de que finalmente Aguirre Rivero decidiera no contender por Acapulco, es muy probable que lo haga alguien de su equipo, sugerido por él. En ese caso la opción podría ser el regidor Víctor Aguirre Alcaide, que hasta este momento se perfila como el candidato natural del perredismo. Nacido en Acapulco, Aguirre Alcaide ya fue diputado federal, miembro del gabinete estatal y del gabinete municipal en el puerto, y actualmente regidor, y dirige la Unidad de Izquierda Guerrerense, una de las corrientes fuertes del perredismo.

Lo que a todo mundo queda claro en este momento, es que la mano de Ángel Aguirre Rivero está, de verdad, meciendo una  cuna.

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1 Comentario

  1. Excelente columna con contenido objetivo…en lo personal me gustaría una alianza de Lic. Ángel Aguirre con nuestro Presidente AMLO. Dicha alianza para perfilar a un futuro presidente de la República Guerrerense ÁNGEL AGUIRRE RIVERO PARA PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA Mexicana……sería un gran orgullo…y Guerrero merece un Presidente…..como nuestro Vicente Guerrero…. nuestra es rico y merece ser el mejor de la República….recuerden Guerrero les dios Patria…. MI PATRIA Y MÁS ESTADO ES PRIMERO

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