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GABY CARMONA ASTUDILLO    /

 

Acapulco, 04 de julio de 2021.

Antes de tomar protesta como gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores se reunió en más de dos ocasiones con el entonces gobernador Rogelio Ortega para tratar el asunto de la entrega recepción, mientras por el otro lado seguía el recurso de impugnación que la candidata del PRD, Beatriz Mojica Morga, había interpuesto en el Tribunal Electoral.

La visita oficial de cortesía entre los dos políticos guerrerenses tenía la intención de hablar de la situación en la que se encontraba el gobierno de Rogelio Ortega y de esta forma estar al tanto de las finanzas del estado y con ello empezar a delinear el asunto del presupuesto para el gobierno que encabezaría. Fueron al menos tres reuniones las que ambos ejecutivos -entrante y saliente- sostuvieron, unas en solitario y otra con el gabinete completo y ampliado. Mientras, el TEE revisaba la impugnación.

Rogelio Ortega otorgó todas las facilidades al gobernador electo y por ende a los responsables de las comisiones de entrega-recepción, sabiendo que en los tribunales se analizaba una impugnación al proceso electoral de donde Astudillo había salido triunfador.

Al paso de los años, seis para ser preciso, la historia es diferente: el gobernador Astudillo, no solo se ha negado a felicitar a la gobernadora electa Evelyn Salgado Pineda sino que no tiene intenciones de recibirla, pues ha dicho que habrá de esperar los tiempos que marca la ley, porque ha expresado que hay un proceso de impugnación que se debe respetar. ¿Y antes, no hubo uno igual cuando él fue electo?

¿Por qué se niega a reconocer lo que miles de guerrerenses le expresaron en las urnas? ¿Por qué no aceptar que en la democracia se gana o se pierde con el 50 por ciento más uno? ¿Por qué seguir alimentando ilusiones que no llevarán a ningún lado?

El triunfo electoral de Evelyn Salgado Pineda no está a discusión, porque fue contundente como un huracán de máxima categoría a la que minimizaron, denostaron, descalificaron sin detenerse a analizar lo que la gente expresaba en las calles, en el taxi, en el camión, en los restaurantes. Ese fue el error.

Y creo que es un error político, el hecho de que el gobernador de Guerrero se siga negando a felicitar y a recibir en la residencia oficial a la gobernadora electa, tal como en su tiempo y en su momento, lo hizo Rogelio Ortega con él. ¿No lo recuerda? En ese entonces poco importó el proceso de impugnación.

Ojalá que no se olvide que el pueblo de Guerrero está observándolo actuar como un jefe de Estado –reconociendo a Evelyn Salgado Pineda- o seguir actuando como un priista adolorido que ve en ella a la morenista que tiene llorando al tricolor y al sol azteca juntos y que a casi un mes de la elección no han sido capaces de darle la vuelta a la página.

Entonces ¿hay democracia cuando yo gano y no hay democracia cuando yo pierdo?

Morena es una marca bien posicionada en Guerrero y si a eso se le agrega la figura de Félix Salgado y la empatía de Evelyn Salgado Pineda, era evidente que no había poder humano que pudiera derrotarlos.

Evelyn Salgado Pineda es la gobernadora electa, les guste o no, y no se obstruye a ella el conocer del estado que guarda el gobierno de Guerrero en finanzas, se está negando a los guerrerenses más pobres la oportunidad de tener una mejor calidad de vida, porque el presupuesto para el próximo gobierno será fundamental.

Ese encuentro entre ambos gobernadores es el más esperado por el pueblo de Guerrero, por lo que significa para la historia de este pueblo de mujeres y hombres valientes. Ojalá logren entender eso.

Héctor Astudillo hizo su mejor esfuerzo como gobernador de Guerrero, nadie le quita ese mérito, como nadie debe negarle el mérito a Evelyn Salgado y a Morena haber hecho historia en Guerrero. Veremos qué pasa.

 

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