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ROBERTO RAMÍREZ BRAVO   /

 

Acapulco, 25 de enero de 2021.

La versión empieza a tomar forma en los corrillos políticos y se cuela como la humedad: varias de las personas que aspiraron a la candidatura al gobierno del estado están poniendo ahora sus ojos en el municipio de Acapulco.

Era hasta cierto punto natural y visible que quien buscaría competir por este espacio es la actual alcaldesa Adela Román Ocampo, ejerciendo el derecho a la reelección que le consagra la Constitución y como una forma de darle continuidad a programas y obras que por alguna razón no se hayan podido terminar durante el período de tres años que actualmente encabeza.

Asimismo, han manifestado su interés las diputadas federales Rosario Merlín y Abelina López, reforzadas las tres por la suerte expresada por la dirigencia nacional de que los cargos para alcaldías y diputaciones locales y federales llevarían el mismo género que la elección anterior, es decir, que en Acapulco va mujer.

No obstante, otra vez, como hace tres años, hay hombres empecinados en cambiar el género y hacerse presentes. Durante el fin de semana prácticamente empezó a circular la versión de que Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros y Luis Walton Aburto -los dos que han impugnado el proceso interno de Morena para elegir candidato a gobernador y han impulsado la guerra sucia contra Félix Salgado Macedonio- ahora quieren ser candidatos a alcalde. Otro hombre, que también ha cuestionado al virtual candidato a gobernador, y que también empieza a sonar en Acapulco, es Alberto López Rosas.

Al mismo tiempo empezó a oírse que Beatriz Mojica Morga, la primera en reconocer a Félix Salgado como ganador de la encuesta, también quiere buscar la alcaldía.

La primera tríada -Rosario, Abelina y Adela- está compuesta por mujeres empoderadas en Acapulco, con mucho arraigo y con muy amplias posibilidades de competir y se encuentran en posiciones de poder: dos son diputadas federales y una es alcaldesa en funciones.

De los hombres, Walton y López Rosas son acapulqueños. No tienen cargo, pero los dos gobernaron ya el puerto, con aciertos y errores, y con detalles que los acapulqueños recuerdan de ellos, para bien y para mal.

Pablo Amílcar y Beatriz Mojica son dos casos aparte: podrán tener casa en el puerto, pero no tienen mayor presencia. Los dos fueron candidatos a la gubernatura, en condiciones y resultados muy diferentes.

Pablo Sandoval ha vivido la mayor parte de su vida en la Ciudad de México y, cuando está en Guerrero, la pasa en Chilpancingo. Una anécdota: cuando dio una conferencia en su casa de la colonia Ex Campo de Tiro -creada con una invasión que encabezó su padre Pablo Sandoval Ramírez-, la gente salía curiosa a ver quién había llegado, quién era ese personaje que hablaba ante los medios. No sabían que era su vecino.

Algo parecido pasa con Beatriz Mojica. Dicen los que la conocen de cerca, que tiene casa en Costa Azul, y, por tanto, puede tener la residencia que le permita ser candidata. Con el apoyo de algunos personajes afines, como Daniel Cahua, por ejemplo, puede hacer recorridos en colonias, algunas de las cuales ya visitó cuando fue candidata a gobernadora por el PRD. Pero se antoja difícil que pueda superar el territorio andado de las tres primeras mujeres mencionadas.

Walton y Pablo Amílcar tienen un denominador común: no solo la guerra sucia contra Félix Salgado, sino contra el virtual candidato de Morena (que es el mismo, pero con investidura), y no solo contra el candidato, sino contra Morena, partido al que finalmente dañan. Si se lanzan por Acapulco, ambos tendrán la oportunidad de cosechar lo que sembraron.

Sandoval Ballesteros a través de algunos miembros de su equipo -no todos, también hay que decirlo-, mantuvo un ataque constante contra el gobierno morenista de Adela Román. Ella lo denunció, y la gente de base lo sabe. También los diputados pablistas de Morena mantuvieron en jaque al gobierno municipal de Acapulco. Inclusive personajes sin cargo, pero con la camiseta puesta del pablismo, estuvieron en la misma tónica desde que comenzó esta administración municipal. Lo curioso es que todos ellos mantuvieron siempre un discreto silencio frente al gobierno del priista Héctor Astudillo. ¿Pedirá Pablo Amílcar su apoyo a Adela Román, si es designado candidato?

Contra Félix Salgado los pablistas desataron la peor guerra sucia de que se tenga memoria en Guerrero. ¿Buscará Sandoval Ballesteros su apoyo, en el eventual caso de que fuera candidato en Acapulco?

Walton Aburto ha mostrado en público una historia de deslealtades hacia la izquierda, y lo sigue haciendo. Su eventual postulación tendría en su favor (o en contra) la memoria que los acapulqueños tengan de su gobierno en el puerto, pero difícilmente podría contar con el respaldo de las bases morenistas.

Vistos en ese escenario, no es descartable que, en el caso de algunas de estas últimas candidaturas, las bases prefieran optar por el perredista Víctor Aguirre Alcaide (si resulta ser el candidato de la coalición PRI-PRD), con quien podrían encontrar más afinidad de izquierda. Habría que ver cuál sería el resultado si esta coalición postula a alguien del PRI.

Como sea, los ex aspirantes morenistas a la gubernatura ahora han puesto los ojos en Acapulco.

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