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ROBERTO RAMÍREZ BRAVO   /

 

Acapulco, 21 de julio de 2020. 

Es previsible que, en los próximos meses, los problemas se incrementen en Acapulco, en parte por la pandemia y sus efectos en la salud y en la economía de los acapulqueños; pero también en parte por la efervescencia política y los intereses de quienes quieren colapsar al primer gobierno de la 4T en el puerto, y sacar a la alcaldesa Adela Román de la jugada por la gubernatura.

Ya se han empezado a ver movimientos en ese sentido, no solo en la beligerancia inusitada de grupos y organizaciones, principalmente vinculadas con el PRI, sino en una intensa campaña en redes sociales que busca exacerbar cualquier posible yerro, cualquier carencia del gobierno municipal o incluso convertir en objeto de crítica algo que está bien hecho.

Si se hace una revisión de quiénes son los personajes más críticos en las redes sociales, por ejemplo, se puede encontrar que hay activistas de partidos políticos, la mayoría del PRI, pero también del PRD y de Movimiento Ciudadano; periodistas y editores de medios alternativos. Eso no significa que actúen de manera coordinada, aunque en algunos casos así lo parece.

La tesis del complot contra el gobierno municipal, que apunta al Palacio de Gobierno, puede tener o no razón. Sin embargo, es un hecho que muchos problemas en Acapulco parecen inducidos en la administración priista de Guerrero. Puede, como se indica, ser o no.

Pero hay algo que sí es evidente: en lo local, al menos, al gobierno de Adela Román lo dejan solo sus compañeros. Un pase de lista: ¿cuándo alguno de los dos senadores, Félix Salgado o Nestora Salgado, ha salido públicamente a dar su respaldo a la presidenta en medio de un conflicto? ¿Cuándo lo han hecho alguno de los siete diputados locales que Morena tiene en el puerto: Moisés Reyes, Mariana García Guillén, Marco Antonio Cabada, Ossiel Pacheco, Zeferino Gómez, Teófila Platero, y Yoloczin Domínguez? ¿Por qué las dos diputadas federales, Rosario Merlín y Abelina López, parecen no existir ante los tantos problemas municipales? ¿Y el delegado federal Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, no puede hacer nada por apoyar institucionalmente al municipio?

Entre los ediles pasa algo similar: hay algunos morenistas -Javier Morlett, por ejemplo- que más parecen ser de oposición; aunque hay otros, Hugo Hernández y Alba Patricia Batani, por ejemplo, que se han mantenido en apoyo institucional al gobierno del que forman parte.

No se trata de que vengan a resolver los problemas del municipio, pues para eso se eligió un gobierno municipal, sino de que le expresen su apoyo, primero políticamente; y luego, en gestiones, en bajar recursos, en tratar de canalizar una respuesta a los múltiples problemas municipales. Esa es una función que también tienen como legisladores locales y federales.

Sin embargo, en privado, algunos de estos actores -no todos, hay que precisarlo- se solazan de los problemas que enfrenta Adela Román y comentan que están esperando que estos la obliguen a renunciar. Pero los que no están en esta postura, no están. Es como si en Acapulco gobernara otro partido, o fuera un gobierno que les es ajeno.

Pero se equivocan. Los que quieren gobernar el puerto (y se mencionan a las dos diputadas federales, a los locales Moisés Reyes, Zeferino Gómez, Yoloczin Domínguez; al síndico Javier Solorio, al regidor Hugo Hernández) están obligados a comprender que dejar caer al gobierno municipal es una especie de tumba para ellos. No se trata de Adela Román. Se trata del gobierno de la 4T en Acapulco,

¿Creen que si a este gobierno le va mal, podrán fácilmente ganar la alcaldía en 2021? No es tan sencillo: la oposición está haciendo su papel y está jugando precisamente a una debacle de esta administración, a la división interna de Morena y al dato de que López Obrador no estará esta vez en la boleta. Si a ello se le suma que Morena pueda postular a un candidato o candidata con poco arrastre, es la oportunidad para esa oposición, ya sea en alianza PRI-PRD-PAN-MC, o separados.

Los que aspiran a la gubernatura, hacen mal en menospreciar el capital político de Acapulco, municipio que concentra una tercera parte de la población del estado. Si Acapulco se pierde para Morena, eso significa una oportunidad inapreciable para la oposición en la gubernatura, y más si hubiera una ruptura o una candidatura débil.

Hasta ahora, los morenistas en cargo de elección popular se han dedicado a pelearse entre ellos, como lo hicieron hace unos días en el programa de radio de Igor Petit, Moisés Reyes y Zeferino Gómez. Esas batallas se dan de manera cotidiana entre los morenistas en el Congreso, en el partido, en los gobiernos municipales.

Los embates desde fuera vienen fuerte, como ya lo está sintiendo Pablo Amílcar Sandoval, como lo ha sentido Adela Román y como lo ha vivido también Félix Salgado. Quizá por ello sea buena idea cambiar la estrategia y tratar de dejar de lado las diferencias -que las hay, y no tiene por qué no haberlas- para tratar de sacar adelante, realmente, el proyecto que todos dicen defender.

Al menos, no parece buena idea olvidar que la elección del 2021 pasa por Acapulco. Si quieren gobernar el puerto o si quieren gobernar el estado, tienen que fortalecer al gobierno de la 4T que encabeza Adela Román. Fortalecerlo, no es estrictamente una cuestión partidista, es responder a los electores que les dieron el voto en Acapulco; con mayor razón, si quieren volvérselo a pedir.

 

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2 Comentarios

  1. Ordenen AMLO Y ADELA!!
    …PERO… NO HAY DERECHO A DESCANSAR!!
    CONVOQUEN A TRABAJAR POR ACAPULCO FINES DE SEMANA POR DISTRITO…YA !!
    CAMPAÑAS DE LIMPIEZA Y ORDENAMIENTO VIAL!!
    CAMPAÑAS DE REFORESTACION Y BRIGADAS INFORMATIVAS DE SALUD PUBLICA (UAGRO-AYUNTAMIENTO)….. PROF POLO CCM*

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