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ROBERTO RAMÍREZ BRAVO   /

 

Acapulco, 05 de noviembre de 2020.

La opción para Adela Román Ocampo de gobernar Guerrero, está en que Morena defina que la candidatura tendrá género femenino.

Es nada menos que 50 por ciento de las posibilidades, independientemente de qué aspirantes varones estén en otros escalones en la preferencia electoral.

De acuerdo con la normatividad electoral actual, todos los partidos deben postular 50 por ciento de sus candidaturas para un género y 50 por ciento para el otro. Pero, además, deben hacerlo cuidando que haya igual número de hombres como de mujeres en las posiciones competitivas; es decir, donde se podrá ganar, para que no se postule a mujeres solo en los lugares donde se prevé perder.

El próximo año se elegirán 15 gubernaturas en el país, lo que significa que, en al menos siete, pero podrían ser ocho, los partidos habrán de postular mujeres. Al ser Guerrero uno de los estados más competitivos para Morena, porque es donde tiene más asegurado el triunfo, de acuerdo con la norma, se convierte en una entidad donde la posibilidad de que sea una mujer, es muy alta. Esto no tiene que ver con quién es más popular o quién menos: es simplemente una obligación legal de los partidos.

Otros factor a tomar en cuenta a la hora de decidir el género, es, dentro de los estados competitivos, dar prioridad a aquellos donde de manera natural haya alguien que puntee en las encuestas con amplio margen. Así, por ejemplo, si por decir algo, en tres estados hay mujeres que punteen, esas tendrían asegurada la postulación y en el resto -donde serían hombres quienes van a la cabeza- es donde se tendría que hacer la adecuación.

Y en el papel que vaya a jugar el presidente Andrés Manuel López Obrador a la hora de las definiciones, no hay que olvidar que encabeza el gobierno con más mujeres en el gabinete, ni la posición tajante que asumió hace tres años en torno al género de la candidatura para Acapulco.

Son muchos los elementos que estarán en juego para saber si en Guerrero será candidato o candidata. Quizá esa sea la apuesta más decisiva. Pero, ¿qué pasaría si se definiera género mujer?

El escenario sería sin duda muy parecido al de Acapulco en 2018, cuando todos los aspirantes a la alcaldía eran hombres, y tuvieron que hacerse a un lado al definirse género femenino. Esa ocasión prácticamente quedó sola la actual presidenta Adela Román. Habría competido contra la actual síndica Leticia Castro, pero esta declinó en su favor; y contra la entonces presidenta del Grupo Aca, Digna Marroquín, pero ella es panista y explicó que no le interesaba la participación en Morena.

Ahora el escenario parece repetirse, en el caso del género femenino. Adela Román está prácticamente sola: enfrente tiene a la senadora Nestora Salgado, pero con muy pocas posibilidades porque en Guerrero casi no se le ha visto en los dos años que lleva en el cargo. La secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, ni parece interesada ni es conocida en la entidad más que por su encargo en el gobierno federal. El caso de Beatriz Mojica es singular, no solo porque el PT ha expresado su deseo de ir sin alianza a la competencia, sino por el marcado anti lopezobradorismo que ella exhibió en la campaña de 2018, cuando apoyaba al panista Ricardo Anaya.

De esta suerte, pues, si Guerrero se definiera con una candidatura femenina, la opción más viable sería la actual alcaldesa de Acapulco. Y aquí es donde se entra en el terreno de las querencias y malquerencias.

Hace tres años, muchos apostaron a que, como candidata de Morena, Adela Román no ganaría. Lo hicieron, desde luego, solo con la convicción de que su última participación política había ocurrido en 2005, cuando concluyó su encargo como diputada local, y desde entonces se había mantenido en el Poder Judicial, pero no tomaron en cuenta que se trataba de una acapulqueña muy conocida en la ciudad, a la que la gente saludaba personalmente en el mercado, la que encandiló al Grupo Aca, y que tenía amigos en casi cada organización social y en cada partido político.

A la hora de las repeticiones, algunos repiten el mismo error, de creer que no tiene oportunidad de competir, pero se equivocan. En la dirigencia nacional de Morena hay quienes ven con buenos ojos a la presidenta municipal de Acapulco, y el propio presidente Andrés Manuel López Obrador ha expresado hacia ella su deferencia, como ocurrió durante su última visita al puerto para presentar el proyecto de remodelación del Parque Papagayo.

La posibilidad de que Adela Román compita por Morena, en el caso de que se defina que deba ser una mujer, es real. Mal hacen quienes se niegan a considerar este escenario, pero también hacen mal quienes, desde otros institutos políticos, suponen que, si es abanderada, pudiera no ganar la gubernatura. La elección de 2018 es un buen referente, no para considerar que las cosas serán iguales, sino para entender que nada está escrito, hasta que se escribe. En 2018 nadie pensó que pudiera ir una mujer, al grado de que solo se inscribieron hombres como aspirantes; y muchos descartaron la posibilidad de que esa mujer ganara, pero hoy gobierna.

Así que no hay que perder de vista el dato: las posibilidades para Adela Román Ocampo están, de entrada, en un nada despreciable 50 por ciento.

 

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