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ROBERTO RAMÍREZ BRAVO   /

 

Acapulco, 08 de noviembre de 2020.

Beatriz Mojica Morga no milita en Morena, eso hay que dejarlo sentado en principio. Su posible participación en este partido en la búsqueda de la gubernatura es en la modalidad de externa. Hasta ahora, parece preferida para encabezar la candidatura al gobierno del estado por parte del Partido del Trabajo.

Pero para nadie es un secreto que quien fuera candidata a gobernadora en la elección de 2015 por la alianza PRD-PT, hoy tiene un interés por ser abanderada de una coalición PT-Morena.

Mojica Morga fue hace seis años toda una revelación, porque, aunque había sido secretaria de Desarrollo Social en el gobierno de Ángel Aguirre Rivero, había sido diputada federal y secretaria de Alianzas y Relaciones Políticas Nacionales del CEN del PRD, en Guerrero se le veía todavía como un cuadro medio, no exactamente como alguien que pudiera competir por la gubernatura.

Pero cuando Aguirre Rivero dejó el cargo, ella fue la primera que se mencionó como posible sustituta. Un poco antes se le había empezado a mencionar como aspirante a la candidatura, pero en el último lugar entre los demás aspirantes. Sin embargo, tras la sustitución del mandatario, su figura creció, y pasó a convertirse en una fuerte aspirante, que finalmente dejó atrás al favorito del aguirrismo, el hoy priista Sofío Ramírez Hernández; al entonces alcalde de Acapulco, Luis Walton Aburto, al ex secretario de Salud, Lázaro Mazón y al ex senador Armando Ríos Piter, quien había dejado por cuenta propia la contienda.

De ser poco conocida, y pese al contexto de un PRD debilitado por la caída del gobernador y la desaparición de los 43 normalistas, Mojica Morga creció como la espuma. Todas las encuestas daban por hecho que el priista Héctor Astudillo iba arriba, pero de pronto la perredista empezó a alcanzarlo, y el día de la elección se quedó a un paso de rebasarlo.

Todavía, Mojica vio convertirse este fracaso en triunfo cuando después de estos resultados fue llamada a ocupar la secretaría general del CEN del PRD y, tras la renuncia del entonces presidente, Agustín Basave, ocupó por un tiempo la presidencia nacional de este partido.

Quizá fue en este momento cuando vino el traspiés, en el rompimiento del PRD con quien había sido dos veces su candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, y el apoyo de este instituto político al panista Ricardo Anaya. En este período, encarrerada, Mojica se subió al tren de la campaña contra el tabasqueño, que intentaba dejarlo, como en 2006 y en 2012, fuera de la presidencia.

Circula en internet el video de Milenio cuando a Mojica Morga le preguntan: “¿Y usted cuándo se pasa con AMLO”? Y ella responde, muy firme: “Nunca. No comparto las visiones autoritarias”.

Una respuesta, una frase, pero toda una definición, que hoy pesa como una losa sobre las aspiraciones de la ex perredista. La visión autoritaria, hay que decirlo, ha sido una de las bases de la campaña de la derecha contra el tabasqueño. En una entrevista con La Plaza, Mojica dijo que en 2018 apoyó por institucionalidad a Ricardo Anaya, pero lo cierto es que entre la gente que busca realmente cambiar al país, la institucionalidad no puede ser superior a los principios. ¿Mintió cuando en 2006 y 2012 apoyó a López Obrador? ¿Mintió cuando en 2018 vio en él una visión autoritaria? ¿O miente ahora que dice apoyar a la 4T?

Muchos perredistas que no transitaron a Morena suscribieron la candidatura de Anaya por institucionalidad, o porque no les quedaba de otra, pero no se volcaron hacia ella ni atacaron a López Obrador. En 2012, López Obrador, entonces candidato del PRD a la presidencia, envió una carta al vicepresidente de EU, Joe Biden, para plantear la necesidad de revisar la política de cooperación entre ambas naciones. El texto, leído ahora en 2020, está en exacta correspondencia con lo que López Obrador, ya no candidato del PRD sino presidente de México postulado por Morena, está impulsando. Eso es congruencia.

Ojalá que Beatriz Mojica logre sacar un aprendizaje de la experiencia de 2018, porque sería muy lamentable que una persona que en 2015 logró convencer a mucha gente de las bondades de su proyecto, hoy deba dejar pasar la oportunidad por un error, aunque este sea de dimensiones épicas. Lo peor que podría pasarle no es que no gane la candidatura, sino que no distinga cuál es el problema.

Pero tampoco todo está perdido. El anunció del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, en el sentido de que este partido buscará alianza con el PT y el Verde en Guerrero, arroja un haz de luz sobre Beatriz Mojica. Dos elementos se suman en su favor: la alianza Morena-PT y el tema de la paridad de género en las gubernaturas planteada por el INE y sobre la cual hay un clamor generalizado. Sin embargo, independientemente de si gana o no, habría que reconocer que Mojica tiene mucho que aportar a cualquier partido con el que finalmente se quede.

Es difícil saber si a la hora de las decisiones finales, Beatriz Mojica tiene posibilidades reales de ser, por esta ocasión, otra vez candidata al gobierno del estado. Pero la experiencia de 2015 dice que no hay que perderla de vista.

 

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