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RAÚL SUÁREZ MARTÍNEZ  /

Chilpancingo, 31 de octubre de 2020.

Todos los partidos políticos se están transformando, algunos por cierto en lo que atacaban, veamos:

Morena desde hace dos años se está transformando en una mala copia y remasterizada del PRD: la proliferación de tribus, sectas, grupos, un enfrentamiento interno encarnizado, estéril y que en algún momento podría poner en riesgo el triunfo electoral en las diversas instancias. Morena tiene todavía otra agravante en relación con el PRD: no tienen una dirección estatal, ni nacional, que logre o intente poner orden. 

Morena se está transformando también en un partido del poder, tal como lo era en su momento el PRI. La gran diferencia es que el PRI estuvo tanto tiempo en el poder que supo y pudo hacer muchas cosas sin ser detectado, Morena, sin tantas tablas en ser partido-poder, comete errores que se pueden catalogar como infantiles, pero que además provocan conflictos internos porque ese poder se utiliza primero para acabar con competencias internas dejando a los enemigos políticos en libertad para actuar contra el partido del presidente.

Morena sufre sin duda el problema de sus orígenes, nutrirse de priistas y perredistas lo han ido permeando de las practicas más rancias y antidemocráticas de esos partidos, el problema es que esto le está pasando demasiado rápido. El PRI se corrompió después de pasar años en el poder, se creó como partido a partir del poder y los cacicazgos, el PRD se descompuso a partir de que empezó a ganar espacios de poder electoral, Morena en cambio llegó al poder como un gran movimiento que acompaño a Andrés Manuel López Obrador, actual presidente de México, sin lograr todavía convertirse en un verdadero partido político y el poder ya lo está mareando.

El PRD, como ya lo hemos apuntado perdió identidad si es que en algún momento realmente la tuvo, cuando empezó a privilegiar el poder por el poder, llegando a pactar directamente con el PRI y el PAN el compartir el poder corrupto de la derecha; PRD se ha transformado en un partido satélite tipo PPS, PST, o PARM, sin rubor firma pactos, hace alianzas electorales, parlamentarias en una oposición sin ninguna lógica, encabezados por los “Chuchos” como es hoy a nivel nacional o sus aliados a nivel estatal.

El PRD ha simulado una encuesta en Guerrero para tener un presunto candidato, preparando el terreno político para en su momento declinar por el candidato del PRI, pues en los hechos han acordado ya en su consejo estatal ir en una amplia alianza electoral con el PRI, PAN PT, MC. Obviamente el PRI no va a ceder la candidatura a gobernador, el PRD buscará quedarse con Acapulco entre otros municipios, 

La transformación del PRD es, traicionando todo origen de izquierda, es hacia el PRI, no hay vuelta de hoja.

La política en general es de Transformers en estos momentos, el problema es que algunos partidos que tenían su espectro en la izquierda se han creído el tema del fin de las ideologías y solo tratan de vivir de la política sin transformar la actual realidad,

2021 puede traer reacomodos interesantes, todavía favorables para el movimiento obradorista, que no necesariamente tendría que ser para Morena. 

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