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RAÚL SUÁREZ MARTÍNEZ   /

 

Chilpancingo, 24 de octubre de 2020.

Guerrero no solo renovará al gobernador, también hay cambio total en presidentes municipales y diputados locales. Si bien la democracia indica pluralidad, también es cierto que al gobernante en turno le es más fácil impulsar sus cambios si tiene las principales representaciones en el municipio y sobre todo la mayoría en la Legislatura; aunque muchas veces la mayoría no sepa cómo utilizar esa representación y los pleitos internos sean mayores que los logros externos.

La actual Legislatura tiene un grave problema: la gran mayoría de los actuales diputados, aunque participativos casi todos en política, ninguno, podría asegurarlo, se preparó para ganar y una vez haciéndolo todos se preguntaron “¿Y ahora qué?”.

Por ello a pesar de tener “el control” del Congreso, poco o nada se ha avanzado cualitativamente en el proceso legislativo. Morena equivocó la selección de varios de sus actuales diputados; lo clásico que ocurre en toda organización se cumplió también en ese partido: grupos, sectas, tribus, avasallaron lo que en principio parecía una buena intención de Andrés Manuel López Obrador. El presidente de México intentó no seguir con la tradición mexicana de ser el que decidía en el partido; lo que nunca entendió es que, quienes se quedaron con la representación formal de Morena, sabedores de no tener la autoridad moral y política del actual mandatario federal, tenían que tejer una red de complicidad para garantizarles la gobernabilidad del partido lopezobradorista, incluso, en contra de los postulados originales de ese partido.

Morena se desvirtuó tal y como lo apuntamos hace varios años, se perredizó, descomponiéndose a pasos acelerados, por ello es que son los mismos morenistas los que no dejan avanzar a la legislatura ni a los principales presidentes municipales en el estado. Acapulco es un ejemplo de ello, a pesar del esfuerzo de Adela Román Ocampo, presidenta municipal, los ediles de Morena en su mayoría son un obstáculo para la gobernabilidad.

Legisladores y ediles intentaron de forma cambiar tal como lo indica la 4T, pero, intentaron seguir haciendo política como lo indica la práctica priista y así, nada más no se puede, en el fondo de sus prácticas prevaleció más la corrupción priista en la manera de hacer política.

2021 puede ser la última oportunidad de tener cuadros más formados y comprometidos con la llamada 4T o cuando menos con el pueblo de Guerrero.

Si los partidos, todos, dejaran de mantener a tanto político profesional y se privilegiara a gente buena, nueva, fresca, estaríamos con toda seguridad viendo a una Ubali González Guerrero representar a parte de la zona norte en la legislatura, con un trabajo de mujeres a nivel internacional que sabe el tema alimentario de pies a cabeza, que ha sido referente en organismos internacionales y tiene el pulso de lo que sucede con su pueblo. O podríamos tener como representante a un joven político en la costa Grande por algún distrito de Zihuatanejo, Francisco Mondragón, Lic. Mondragón para sus amigos que, durante años ha picado piedra para que nuevos baluartes sean tomados en cuenta. Como ellos dos, si recorriéramos distrito por distrito, municipio por municipio, encontraríamos personas menos dañadas políticamente que, sin dudarlo, le daría una nueva mirada a la política en Guerrero.

Hagamos que juntos florezca un nuevo Guerrero por el Bien de Todos.

Lo cierto es que quien gobierne necesita ser revestido por una mayoría legislativa si no, tendrá más obstáculos que sortear.

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