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* Unos 15 empistolados, apoyados por dos patrullas de la Policía Municipal, destruyeron en media hora algunas paredes del histórico inmueble

ROBERTO RAMÍREZ BRAVO   /

 

Acapulco, 30 de junio de 2018. Alrededor de 30 minutos fueron suficientes para que unos 15 individuos vestidos de civil, pero armados, y resguardados por dos patrullas de la Policía Municipal, derribaran algunas paredes del histórico edificio de la Coprera, utilizando maquinaria pesada, y derribara el portón de una bodega.

Los hechos ocurrieron, según relató Jorge Luis Salas Pérez, presidente de la Unión Mercantil de Productores de Copra, propietaria del inmueble, alrededor de las 11 de la noche, y duraron aproximadamente media hora.

Fue una acción rápida, se entiende que fue planeada, pues ocurrió justo en un momento en que se había suspendido la guardia que mantienen los integrantes del Frente Progresista Guerrerense, y Salas Pérez se encontraba solo.

Relató que se disponía a dormir cuando escuchó los ruidos de la maquinaria y al salir a ver qué pasaba, se encontró con unos 15 civiles que “me sacaron a patadas” para empezar la destrucción del inmueble. Señaló que la Policía Municipal no intervino, y se retiró junto con los uniformados cuando el que se dice dueño del edificio, Pedro Antonio Villanueva Escobar.

Desde temprano, dijo, “estaba una patrulla cenando” en un puesto de tacos que se encuentra frente al edificio, “estaba vigilando”. Señaló que en cuando oyó el ruido del portón que acababan de derribar usando una pala mecánica, salió a ver qué ocurría y se encontró con los hombres, que llevaban pistolas. Dos de ellos lo sujetaron y lo encañonaron.

Dijo que quiso explicar a quien comandaba la operación, que él es el representante de Unión, pero este le contestó que él era el dueño pues, dijo, “me lo vendió Cuauhtémoc Ursúa”. Sin embargo, aclaró Salas, Cuauhtémoc Ursúa no tiene nada que ver con la propiedad de inmueble.

-¡Quítate de aquí porque te vamos a llevar, quita ese carro también porque lo vamos a desbaratar! –le dijeron.

“Yo tranquilo, saqué el carro y lo puse de aquel lado, pero no me retiré, seguí reclamando, y llegaron otros compañeros. Cuando vieron que llegaban compañeros, dijeron vámonos está llegando la gente”.

Al ver que empezaban a llegar más militantes, los operadores decidieron retirarse y dejar a medias su trabajo.

Salas Pérez aseguró que el desalojo tiene que ver con las elecciones, pues las organizaciones que participan en el Frente por Guerrero al Frente, han hecho público su respaldo a Andrés Manuel López Obrador.

“Primero los masacran, después los desaparecen, le saquean la lana de Bancomer, se llevan las 2 mil toneladas de coco que había en bodega, se llevan los tractores, se llevan las camionetas. Todo no saquearon y ahorita vienen a destruir un inmueble histórico”, señaló.

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