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Guerrero, en el último lugar en índice de paz

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* La tasa de homicidios dolosos supera estratosféricamente el promedio mundial: Patricia Obeso

VERÓNICA CASTREJÓN ROMÁN   /

 

Acapulco, 22 de junio de 2018. México entero es menos pacífico en 2017, y Guerrero ocupa, desde hace varios  años consecutivos, el último lugar en índice de paz,  con una tasa de homicidios del 62 por ciento que supera estratosféricamente al promedio mundial que sólo alcanza el 7 por ciento por cada cien mil habitantes, informó Patricia de Obeso, representante del Instituto para la Economía y la Paz, organización internacional que desde hace once años mide los niveles de paz  en 163 países, entre los cuales,   la República Mexicana cayó al sitio 142.

Durante el evento Índice de paz, Frente a la crisis de violencia y derechos humanos en México, la investigadora advirtió que el gran desafío para el logro de la paz,  es el combate a la corrupción y la impunidad, pues en México, el 91 por ciento de los delitos no se castigan lo que en el índice global de impunidad lo coloca en el lugar 58 de 59 países evaluados.

En la Casa de la Cultura Jurídica y ante un atiborrado auditorio   compuesto por representantes de diferentes organizaciones sociales que trabajan a ras del suelo la problemática  de la violencia  en ciudades y comunidades, así como por   líderes de organizaciones empresariales y estudiantes, la investigadora denunció que mientras en el mundo ha disminuido el terror político, debido a que diferentes gobiernos, sobre todo en Sudamérica,  se han dedicado a perseguir casos de violaciones a derechos humanos, en México, los indicadores de terror e inestabilidad política, empeoraron.

En México, señaló Patricia Obeso, persisten casos que siguen abiertos desde hace muchos años y que siguen doliendo sin que se llegue realmente a una solución, por lo que dijo, es menester que lleguen a una sentencia,  a fin de evitar que vuelvan a suceder.

Explicó que el terror político se refiere a la tortura, la violación de los derechos humanos y la intimidación,  y advirtió que las agresiones, amenazas y muertes de periodistas en nuestro país  se han disparado y que el tema del espionaje a los trabajadores de la comunicación habla de la censura a la información, a la par de la falta de credibilidad en los datos oficiales y su manipulación.

“Cuando vemos el Índice de Paz México, vemos que la  calificación se deterioró  básicamente por el aumento  de los homicidios, tan sólo en el último año, en  un 18% alcanzando una tasa de 16 por cada 100 mil habitantes, mientras que el promedio global de homicidios es de 7 por cada 100 mil habitantes; lo cual quiere decir que en México estamos a más del doble en ese promedio global”, dijo.

Denunció que los datos oficiales sobre ese rubro, en México, son cada vez menos confiables,  y los calificó como un problema silencioso, pues, pese a que  “los datos de homicidios son datos que están asociados a un cuerpo y que son los que más se denuncian”, cada vez encuentran más discrepancias en lo que reportan las  Procuradurías Estatales y lo que reporta el INEGI”.

La representante del Instituto para la Economía y la Paz informó  que uno de los indicadores que más empeoró en Guerrero, en el último año, fue la comisión de delitos del crimen organizado, como el secuestro, la extorsión y el tráfico de drogas;  indicador, dijo, que se deterioró en un 80 %; sostuvo que “no sólo en Guerrero sino en el país, la problemática no sólo es del crimen organizado, sino que es también la violencia interpersonal; las violaciones se han disparado los últimos años, así como los crímenes con violencia; es decir, los robos,  los asaltos y eso nos llama a tener un espacio de participación; no podemos escudarnos en el crimen organizado, sino que hay mucho por hacer”.

Recalcó enseguida la responsabilidad ciudadana ante la problemática de violencia que se advierte desesperanzadora en su solución, e instó a los presentes a buscar la forma de reconstruir la confianza en los vecinos y a participar organizadamente en beneficio de sus comunidades y colonias para formar parte de la solución.

Agregó que en el último año, el  impacto económico de la violencia en México representa el  18% del PIB, “más o menos 25 mil pesos por habitante, en México que es uno de los 35 países en el mundo a los que más les cuesta la violencia, y es más triste y más alarmante cuando vemos que en Guerrero el impacto es del 73% de su PIB o 53 mil pesos por persona”, comentó.

Enseguida Patricia de Obeso se preguntó: “¿qué pasaría si en México se invirtiera más en la paz positiva, en rubros tales como la  profesionalización de  los policías, o que  le dieran a las familias ese dinero? Creo que harían mucho más con esos recursos que lo que se está haciendo hoy en día en el país”, criticó.

Se pronunció por un cambio de estrategia en el combate a la violencia, y señaló que  72% de los países redujeron sus fuerzas armadas y están volteando a ver hacia otro tipo de soluciones que no involucran a los militares. El hecho, explicó, de que la violencia en México se deba a conflictos internos,  brinda la oportunidad de buscar en el fortalecimiento de los gobiernos locales y de la sociedad civil  la superación de la crisis, pues, “hay que confiar en que el cambio se hace a nivel local; en las colonias, en las escuelas,  y que se empieza por lo chiquito para obtener las grandes soluciones”.

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