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* En los sistemas estatales de Salud de México hay 98 mil personas que trabajan bajo el régimen de suplencias, sin servicio de salud, seguro social y prestaciones, de los cuales un grupo dará atención a las personas enfermas por covid-19

 

ARTURO CONTRERAS CAMERO Y KAU SIRENIO  /

 

Ciudad de México, 16 de abril de 2020. Las contrataciones a personal médico bajo el régimen de suplencias existen desde 2005. Son empleados que no tienen seguridad social, prestaciones y que ganan la mitad que las personas a quienes suplen, aunque a veces la suplencia sea permanente. Bajo esas condiciones algunos combatirán la emergencia sanitaria por coronavirus.

“Yo llevo un año trabajando, exactamente. Hay mucho personal de suplencia, por ejemplo hay personal de enfermería y trabajo social que llevan 8 años y siguen de suplencia. No sólo son la falta de prestaciones, también es el sueldo, que es un sueldo miserable, es la mitad de un médico de base o del seguro popular”, asegura un trabajador contratado bajo este esquema del hospital de La Perla, en Ciudad Neza, operado por el Sistema de Salud del Estado de México.

“¿A dónde acudimos?”

“No tenemos ninguna prestación y nos están poniendo en el triage del covid”, asegura. El triage es el filtro en los hospitales que atenderán a pacientes con covid-19 pero mantendrán otras funciones, como La Perla. “No tenemos seguridad social. ¿Si nos llegamos a contagiar, a dónde acudimos, quién nos va a cubrir?”, cuestiona el trabajador de la salud.

La Perla se volvió famoso por ser el hospital donde murió un doctor por coronavirus. Contrario a lo que algunos medios informaron, que el contagio había sido en el hospital, las autoridades aseguraron que fue un caso importado, pues el médico había regresado de un evento profesional en el extranjero.

Actualmente en este hospital de un piso, en la mitad de una colonia residencial de Nezahualcóyotl, hay 50 camas para atender a pacientes por coronavirus en las áreas que solían ser de medicina interna y hospitalización.

A las afueras del hospital, la mayoría de los negocios tienen las cortinas abajo. El silencio perturbador se rompe de pronto cuando pasan algunos carros. Antes de la pandemia, esta zona solía ser bulliciosa, llena de personas y pacientes que hacían filas.

Ahora, en las rejas del hospital, aguantando el pleno sol, solo un puñado de personas esperan información sobre sus familiares internados. Todos tenían síntomas respiratorios parecidos; a todos, hasta ahora, les han dado la misma información: “Nos dicen que tienen que ver el resultado de los estudios”.

Plazas precarias, respuesta a un mal plan

“Esas plazas son de recursos propios de los hospitales”, explica Fabián, otro trabajador de la salud de la Secretaría de Salud del Estado de México. “De algunas ganancias por los propios servicios que dan en los hospitales. Con ese dinero se pagan”.

“Como es una partida limitada, no pueden garantizar todos los derechos laborales de los trabajadores, pero pues con eso se cubren la ausencia de plazas que hay a nivel nacional desde hace varios años”, asegura.

Según Fabián, estas plazas empezaron a existir desde 2005. Años antes, la cantidad de plazas para trabajadores de la salud en el país se había disparado para después desplomarse estrepitosamente. En 2003 en México habían 1.8 doctores por cada mil habitantes, según datos del Banco Mundial. Al año siguiente, con la llegada del Seguro Popular, la cifra subió a 2.9. Pero por la mala calidad de las plazas laborales, la cifra se desplomó a 1.7. en 2005.

“Como es una plaza que te da el propio hospital, es como si estuvieras disponible para él todo el tiempo”, cuenta Fabián. “Esto pasa en todos los estados, pero de formas diferentes. Este tipo de contrataciones hace mucho que se llevan a cabo. De hecho yo trabajé en Cancerología, en 2004, y allá los contratos eran por día”.

Entre las personas contratadas en estas condiciones precarias en los sistemas de Salud estatales hay médicas, enfermeros, psicólogas, químicas.

De acuerdo con el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, en el país existen 98 mil trabajadores de este sector laborando bajo ese esquema. “Esto ya lo habíamos detectado durante 2019, lo comentamos precisamente como uno de los elementos que nos llevó al surgimiento del Instituto de Salud para el Bienestar”, aseguró al respecto, después de una pregunta expresa de Pie de Página.

Con la creación del Instituto de la Salud para el Bienestar, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador prometió la regularización de muchas plazas laborales de trabajadores de la salud; sin embargo, aún no se han dado detalles de la regularización.

“Este es un plan que se empezó a trabajar desde el 1 de enero”, asegura López-Gatell sobre la regularización. “El plan sigue vigente, no anticipamos que con motivo de covid este proceso necesariamente se pueda acelerar, pero definitivamente estamos comprometidos con lograrlo”.

IMSS, plazas por “obra determinada”

Este lunes 13 de abril el Instituto Mexicano del Seguro Social aseguró que otorgaría un bono de 20 por ciento sobre el salario de sus trabajadores que hagan frente a la pandemia mundial, el último movimiento en una serie de incentivos para fortalecer en tiempo récord un sistema de salud abandonado por décadas.

Tan solo para esta emergencia, el gobierno federal calcula que necesitará más de 20 mil trabajadores de la salud. Para ello abrió una convocatoria para contratar a miles de personas durante este mes.

“Todos los médicos, enfermeras y demás categorías que son contratados para estos siguientes tres meses de la epidemia, en los picos más altos, tendrán seguro social y todas las prestaciones”, aseguró el doctor Víctor Hugo Borja Aburto, director de prestaciones médicas del IMSS. “Y tendremos una extensión hasta seis meses de contratación, que van a ser contratados en algo que llamamos nosotros por obra determinada”.

Servicio social sin protección ante covid-19

En Oaxaca, pasantes de enfermería de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO) acusan al coordinador de servicio social de la Facultad de Enfermería y Obstetricia, Roberto Tovar, de obligarlos a cumplir con el servicio social en los hospitales sin asesoría ni equipo de sanidad.

Una de la pasante de enfermería dijo en entrevista que su coordinador de servicio social no acató las medidas sanitaria que dispuso el rector de la máxima casa de estudios, para que los universitarios se mantuvieran en cuarentena.

“El coordinador de servicios social sabe que no hay insumos en el estado ni en la federación, ni medidas de prevención. Además incumplimiento sanitario, porque no nos proporcionó equipo de protección adecuado para trabajadores y menos para cada los estudiantes adscritos a las clínicas del estado. Aún así ordenó a presentarnos en los hospitales”, denuncia.

La practicante dice que gracias a la plática que sostuvieron con los coordinadores de adscripción consiguieron que se tomen medidas preventivas: “Por ejemplo la casa hogar Rufino Tamayo, que alberga a adultos mayores, solo acudan de tres o cuatro veces a la semana para evitar contagio”.

Agrega: “En mi caso la coordinadora de enseñanza decidió que tomáramos 10 días hábiles como lo mandata nuestro reglamento. Esto con el fin de disminuir el riesgo sanitario”.

Sin coordinación

Denuncian también la falta de coordinación entre universitarios y directivos de la universidad, el desabasto de medicamentos y materiales para la prevención como el gel antibacterial y cubrebocas.

“Es básico para contención de contagio, los que nos dieron sirven para 30 o 40 minutos. Mientras que los compañeros adscritos en el hospital del IMSS de reconversión covid 19, no tienen lo más mínimo”.

Los estudiantes dicen que en la escuela no tienen apoyo psicológico, ni capacitación, ni material de primeros auxilios: “No hemos recibido material de protección básico: cubrebocas tricapa, googles o caretas y bata. Además de una indemnización económica de riesgo de la pandemia”.

Unidad Médica de Familia # 1 Conzatti perteneciente al Instituto Mexicano del Seguro Social, C. Coordinadora de Enseñanza Anabell Lagunas Cruz

El presente trabajo se publicó originalmente en Pie de Página. Se publica con autorización de su autor. El texto original, se puede consultar AQUÍ.

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