Compartir

GABY CARMONA ASTUDILLO   /

 

Acapulco, 05 de octubre de 2020.

La presidenta municipal de Acapulco, Adela Román Ocampo, no se tentó el corazón ni se mordió la lengua cuando expresó que el hoy exdelegado federal Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros conoció Guerrero ahora que se desempeñó como funcionario federal, y no anda mal la edil porteña porque tiene la boca llena de razón.

Los orígenes de Pablo Amílcar están en La Montaña de Guerrero, gracias a su abuelo Pablo Sandoval Cruz, el mismo que regañó cuando asistió el informe de trabajo del senador Félix Salgado Macedonio; el nieto estaba avergonzado del abuelo, solo por asistir a un evento y corresponder a una invitación política, quedó claro que el abuelo era el político y no el nieto que lo avergonzó. Eso demuestra la clase de persona que es el hombre que dirigió por dos años las delegaciones federales en Guerrero.

Pero volvamos a lo nuestro. Adela Román Ocampo no se detuvo y lanzó un cocazo seco a la cabeza del aspirante de morena a la candidatura oficial, misma que busca la edil porteña “apenas conoció Guerrero» dijo Adela Román y hasta cierto punto diríamos que una parte de Guerrero, el resto lo va a conocer vía fotografía por la cantidad de espectaculares que está colocando en las principales ciudades de los municipios de Guerrero.

Lo cierto es que antes de ser delegado federal en Guerrero, Pablo Amílcar solo conocía el camino que da a la Montaña, el cual iniciaba en Chilpancingo hasta llegar a la casa paterna del abuelo que lo avergonzó por ir a un informe del otro aspirante de Morena a la gubernatura del estado, Félix Salgado Macedonio.

Adela Román fue lapidaria con el ex delegado federal, no hubo piedad en sus palabras, ni siquiera cortesía política que obliga en muchos de los casos a la hipocresía, ella no, no se anduvo con rodeos y le recordó que apenas está conociendo la entidad.

La alcaldesa de Acapulco no se caracteriza por ser condescendiente ni políticamente correcta, tiene la fortuna de decir lo que siente y como lo siente, no tiene temor de externar su opinión en ocasiones tan llenas de verdad, aunque políticamente no sea lo correcto, sin embargo, ella es así.

Ahora Pablo Amílcar lo sabe de sobra, que tiene en Adela a la mas férrea crítica en la misma aspiración que ambos buscan y ha demostrado que no se tentará la mano ni mucho menos el corazón para decir la verdad, o lo que ella cree que debe ser verdad.

Lo cierto es que la alcaldesa de Acapulco no se tentó el corazón ni se mordió la lengua para recordarle al ex candidato de Morena al gobierno de Guerrero, que apenas está conociendo la entidad, porque pese a tener sus orígenes en la Montaña no ha recorrido los caminos del sur como lo hacen otros guerrerenses que nacieron, crecieron, se desarrollaron y conocen cada pueblo, ciudad y municipio que integran las siete regiones del estado.

La edil acapulqueña sabe que no es lo mismo venir a la Montaña como turista ocasional, que vivir, amar, sentir, trabajar por los que menos tienen. Ahí está una aspirante que no se amedrenta ante el poderío que ostentan en el gobierno federal los hermanos Sandoval Ballesteros. Ver para creer.

Compartir:

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here