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* El vocero de la presidenta pidió trabajar unidos por la transformación de Acapulco, al encabezar homenaje Juan Álvarez

REDACCIÓN    /

 

Acapulco, 27 de enero de 2020. Para lograr la transformación de Acapulco se necesita la unidad de todos los sectores y grupos organizados de la sociedad, planteó Silvestre Arizmendi Torres, en representación de la presidenta municipal Adela Román Ocampo, con motivo del 230 aniversario de natalicio del general Juan Álvarez Hurtado.

El vocero de la presidencia municipal  dijo en su mensaje que el gobierno acapulqueño es de puertas abiertas y trabaja diariamente para desterrar la corrupción, la pobreza y las desigualdades sociales que desde hace varios lustros frenan el desarrollo del municipio y los anhelos de prosperidad en sus habitantes.

Maestros, alumnos, padres de familia e invitados especiales a la ceremonia, celebrada en la escuela primaria que lleva el nombre del ilustre mexicano, en el poblado de La Providencia, escucharon atentos el llamado para que todos los mexicanos retomemos los ideales y principios que enarboló Juan Álvarez para desterrar la corrupción y luchar juntos a favor de la igualdad y la justicia.

El legado de Juan Álvarez Hurtado fue reseñado en el acto conmemorativo con la participación de autoridades civiles y militares, ante el monumento ubicado en la plaza cívica de la escuela, bajo la dirección de Soledad Leyva Astudillo; el plantel fue construido en los terrenos que ocupara la hacienda donde el expresidente de México y exgobernador de Guerrero pasara los últimos días de su vida.

Álvarez Hurtado consumó el Plan de Ayutla e impulsó la creación del estado y lo bautizó con el nombre de Guerrero, en honor al siervo de la nación, Vicente Guerrero Saldaña, con quien luchó por la libertad de México contra las fuerzas realistas.

“Pobre entré a la presidencia y pobre salgo de ella”, fue la célebre frase que Álvarez, quien fuera conocido como La Pantera del Sur por su valor y arrojo, dejó para la posteridad, recordó Arizmendi Torres.

Juan Álvarez nació en Atoyac de Álvarez el 27 de enero de 1790 y murió a los 77 años el 21 de agosto de 1867. Sus restos descansan en la rotonda de las personas ilustres de la capital del país.

Asistieron a la ceremonia los regidores Alba Patricia Batani Giles y Manuel Cortés Avilés; José Martín Arias, representante de la 27 zona militar; y los funcionarios municipales Arturo Delgado Torres, subsecretario de Asuntos Jurídico de la Secretaría General; Flora Contreras Santos, directora de Fomento Educativo, entre otros.

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