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* Recuerda que en 2002 las cúpulas del poder trataban de ignorar su aspiración por ser candidato en Acapulco, pero “la sociedad nos ayudó a romper ese esquema envilecido”

* Aspirante ahora a la candidatura de Morena para la gubernatura, recorre las regiones más apartadas del estado… pero no aparece en ninguna medición electoral

* “Se me hace inverosímil que ninguna encuesta incluya mi nombre; le doy el sentido de que hay temor a encuestarme”, expresa

* Ante la falta de seguimiento de los medios a sus recorridos por el estado, solo dice: “Soy un discreto peregrino”

* Los políticos de izquierda y de Morena no han intentado siquiera descifrar el mensaje que mandó la sociedad el 1 de julio de 2018, sostiene

* En cambio, afirma, más de 30 millones de mexicanos dijeron “no” a las prácticas del pasado

 

 

ROBERTO RAMÍREZ BRAVO   /

 

Acapulco, 05 de septiembre de 2020. En la víspera del proceso electoral de 2021, dice Alberto López Rosas, “estoy viviendo la historia repetida” de 2002, cuando aspiraba ser candidato a la alcaldía de Acapulco y tanto los medios de comunicación como las cúpulas partidistas trataban de ignorar su aspiración.

“Soy -dice, ante la falta de seguimiento de los medios de comunicación a sus actuales recorridos por el estado- un discreto peregrino”. Y de las encuestas, donde su nombre no aparece por ninguna parte, asegura, “en este momento no me interesan”, aunque considera que el no aparecer en ellas “me representa un triunfo porque yo no puedo considerar que en una encuesta estatal pueda yo pasar inadvertido como perfil, cuando ya ocupé diversos cargos en el estado y en el municipio más poblado del estado de Guerrero”.

Esa situación, sin embargo, afirma, “lo único que me provoca es que redoble el esfuerzo, recorriendo todos los municipios del estado, de mi estado así: en esa manera solitaria, discreta”.

Pese a esa evidente falta de atención a su manifiesta aspiración de competir por la candidatura morenista, López Rosas no se desanima: “hoy soy -dice- más maduro que en el pasado, tengo más experiencia y estoy en la línea de ajustarme a los principios de la cuarta transformación”.

La entrevista se realiza en sus oficinas de la calle Niños Héroes, el lugar desde donde se armó la candidatura que lo llevó a la diputación federal en 1997, y luego a la presidencia municipal de Acapulco en 2002, el histórico edificio que albergó al Movimiento Ciudadano de Acapulco (MCA).

El punto de partida para la entrevista es hablar sobre la experiencia de sus últimos meses, en los que ha recorrido las diferentes regiones del estado; un caminar en solitario, pero constante. Apenas tocó puerto en Acapulco, que se aprovecha para la entrevista, de regreso de uno de los recorridos, justo para continuar su camino hacia otra región.

“Tengo algunos meses -dice- recorriendo las comunidades, las cabeceras municipales de nuestra entidad federativa. Hemos ido lo mismo a Coahuayutla, hemos estado en Xochistlahuaca, Tlacoachistlahuaca, en los lugares más apartados. Y bueno, el interés es muy claro: pulsar el sentir de la gente, conocer su entorno, saber lo que piensa, decirles lo que pienso y me interesa en especial saber cómo están afrontando esta epidemia que ha menguado, que ha disminuido, en la mayoría de las familias guerrerenses sus planes, sus proyectos, sus ingresos. Es una manera de poder hacer un diagnóstico para poder estar muy ubicados en lo que es en la realidad nuestro estado de Guerrero”.

López Rosas es un personaje singular: hijo del victimado líder de colonos Alfredo López Cisneros, El Rey Lopitos, hizo una carrera exitosa como abogado, presidió la Barra de Abogados, fue secretario general del Ayuntamiento durante la administración del priista René Juárez Cisneros, y en 1997 fue electo diputado federal por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), posición desde la que, en la sala de Cabildos del Ayuntamiento, encaró al entonces presidente Ernesto Zedillo, por la escasa ayuda federal a víctimas del huracán Paulina. En 2002, para obtener la candidatura a la alcaldía de Acapulco, se enfrentó al entonces alcalde Zeferino Torreblanca Galindo, quien buscaba imponer a su secretario de Finanzas Carlos Álvarez Reyes. Ya como alcalde, López Rosas vivió los embates de Torreblanca, quien era gobernador para esas fechas, y quien lo inhabilitó a través de la Contraloría estatal por tres años para ejercer cualquier cargo público, y eso le impidió ser -como era la lógica en ese momento- candidato a diputado fedefal al concluir su labor en el Ayuntamiento. En los tribunales, abogado al fin, echó abajo la inhabilitación y en abril de 2011, al triunfo de Ángel Aguirre Rivero en la gubernatura, se incorporó como titular de la Procuraduría de Justicia en la entidad. Pero el 12 de diciembre de ese mismo año, policías federales reprimieron una protesta de estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, en la autopista del Sol, y dieron muerte a dos normalistas. El secretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, promovió que se culpara a los policías estatales y la CNDH acusó al procurador de fabricación de pruebas contra los normalistas y contradecirse al declarar que fueron los federales los que dispararon. Le llevó otros años, pero finalmente, López Rosas logró ser exonerado, y en 2015 se postuló como candidato a gobernador por el Partido Humanista, candidatura a la que declinó un poco antes de la jornada electoral para sumarse a la candidata del PRD, Beatriz Mojica Morga.

Ahora nuevamente busca participar en la vida pública, a través del partido Morena. Para ello camina por los pueblos, como en su momento lo hizo Andrés Manuel López Obrador. Pero, mientras tanto, las casas encuestadoras que miden las preferencias electorales preguntan por varios personajes que aspiran a ser candidatos de este partido, y ni una sola incluye el nombre de Alberto López Rosas. Él lo ha denunciado en alguna ocasión.

Usted -se le comenta- camina prácticamente sin el seguimiento de los medios de comunicación, y alejado de las encuestas que no incluyen su nombre en las mediciones sobre la preferencia electoral sobre el período que se avecina, ¿cómo siente esa circunstancia?

-Soy un discreto peregrino en la búsqueda de acercamiento con diversos sectores sociales. Creo que no es el momento de aspavientos, de estridencias, y por lo mismo me estoy ajustando a una conducta de respeto a los procesos electorales, a los tiempos electorales, pero nada me impide el mantener un acercamiento con esas clases sociales, con esos sectores de la sociedad, que es lo que estoy haciendo. A mí las encuestas en este momento no me interesan; no las pierdo de vista, porque forman parte de nuestro sentir político, sin embargo, creo que el no aparecer en las encuestas me representa un triunfo, porque yo no puedo considerar que en una encuesta estatal pueda yo pasar inadvertido como perfil, cuando ya ocupé diversos cargos en el estado y en el municipio más poblado del estado de Guerrero.

“Se me hace inverosímil que no pueda aparecer con un porcentaje aun cuando sea mínimo. Creo que es una forma de temor, es una forma de mandar un mensaje, que yo registro, de que hay miedo. Así lo interpreto, y le doy el sentido de que hay temor a encuestarme”.

Yo estoy viviendo una historia repetida: cuando fui aspirante a la presidencia de Acapulco, ocurría lo mismo. Están aplicando la misma fórmula, y con ello consideran que podrían desalentar una eventual participación de mi parte, y yo puedo decirles categóricamente que se equivocan: yo estoy pulsando el sentir de la sociedad, estoy actualizando el lenguaje de la sociedad y en ello habré de fijar una postura en su momento que lo permita la ley electoral.

-¿La sociedad ha cambiado de cuando fue en su primera experiencia política a este momento?

-Un cambio tan sensible desde luego que lo hay. Yo creo que aquí hay un error de apreciación de muchos protagonistas políticos, más de la izquierda y mucho más de Morena: no se han interesado en descifrar el mensaje que la sociedad mandó el 1 de julio de 2018. No han querido centrarse a descifrarlo y han mantenido posturas de inercia del pasado. Y lo observamos en varios, y en algunas. Creo que no han sabido interpretar o no han querido hacerlo, pero el mensaje del 1 de julio de 2018 fue determinante: más de 30 millones de mexicanos dijeron “no” a las actitudes ni a las conductas del pasado. Yo registro ese mensaje. Por ello yo creo en la cuarta transformación. Por eso no acepté cargo público después de habérmelo ofertado quien debió haberlo hecho, y lo hizo, porque precisamente volver a las conductas del pasado es traicionar a la cuarta transformación, pero es apartarse del mensaje que envió la sociedad el 1 de julio de 2018. Por eso me siento seguro de que estamos caminando en la dirección correcta. Tratamos de ajustarnos al mensaje que mandó la sociedad en esa elección histórica que hizo presidente al licenciado Andrés Manuel López Obrador, y yo no me voy a separar ni un instante, no voy a desviar el camino que establece la cuarta transformación. Es la mejor interpretación que mandó la sociedad en su mensaje.

-¿Usted ha cambiado? En la elección de gobernador pasada fue candidato a gobernador. ¿Cuál es la diferencia?

-Déjame decirte, ya que me das la oportunidad. El haber aceptado ser candidato externo de Humanista 2015, llevaba un objetivo diferente. Es obvio que no habría alentado yo un triunfo en 2015 con un partido nuevo y muy fracturado internamente. Sería yo iluso. Sin embargo 2015 me dio la oportunidad de recorrer el estado y depurar y purgarme de ese estigma injusto que me trataban de implantar por los hechos ocurridos el 12 de diciembre de 2011. Eso me llevó a aceptar ser candidato externo, y con esa investidura de candidato, poder afrontar cualquier reclamo, cualquier impugnación en relación a esos hechos, donde nosotros fuimos víctimas, no fuimos victimarios. Y me llevó por todo el estado de Guerrero en ese propósito, de depurar una imagen que se había pretendido manchar injustamente. Hoy los que pretendieron mancharme, uno está preso en Estados Unidos, y otros andan huyendo. Creo que la justicia se impone finalmente, y eso fue lo que me llevó a esta candidatura de 2015. Hoy es diferente. Hoy, habiendo sorteado y superado diversos retos y complicaciones, estamos en el propósito de construir un proyecto político y en su momento darlo a conocer. Hoy son otras circunstancias, y desde luego que he cambiado. Hoy soy más maduro que en el pasado, tengo más experiencia y estoy en la línea de ajustarme a los principios de la cuarta transformación para poder garantizar mejor respuesta, llegado el momento, si así lo requiere, lo quiere la sociedad.

-¿Usted competiría por Morena, o busca competir por Morena, o busca en un momento dado ser candidato de Morena?

-Yo busco ser candidato de Morena, desde luego. Creo que tengo méritos suficientes para serlo. Me das la oportunidad con tu pregunta, de hacer otra aclaración: yo no soy fundador de Morena por las circunstancias vividas en diciembre de 2011. ¿Por qué? Porque cuando se funda el partido Morena en 2013, yo todavía estaba en vías de proceso aclarando mi circunstancia y mi participación, que me atribuían en esos hechos. Yo sabía de alguna manera que, al incorporarme a Morena en su etapa formativa, daría lugar a impugnaciones, a rechazos, y cuestionamientos, de los grupos extremistas que existen en Morena. Eso representaría un desgaste para mi persona, para mi proyecto. Por lo mismo decidí no afiliarme a Morena en ese momento, pero tampoco claudicar, tampoco renegar del liderazgo de Andrés Manuel López Obrador. Tampoco renegar de la izquierda, mucho menos. Por tanto, yo esperé pacientemente los mejores momentos, ya calmadas las aguas, los ánimos y las impugnaciones, para que una vez que pasaran las elecciones de junio de 2015, yo pudiera afiliarme, en la ciudad de México, al partido Morena, como actualmente mantengo ese estatus.

-En Morena hay muchos aspirantes, hay un puntero que las encuestas, todas las encuestas, lo ponen hasta arriba: el senador Félix Salgado, y lo que comentábamos hace un momento, a usted no lo están incluyendo en las encuestas. ¿Cree que la estrategia que está siguiendo pudiera llevarlo a alcanzar y rebasar a esos que están mencionándose en estos momentos en las encuestas de Morena?

-Yo creo que mi primer triunfo hasta este momento, estando sin cargo público, estando sin manejo presupuestal oficial, uno de mis principales avances, es que estoy en la relación de los que pueden ser encuestados por Morena. Ese es mi primer triunfo. Yo no voy a discutir los resultados de una encuesta que no sean de Morena. Finalmente, no me interesan. Lo que sí puedo precisar es que no puedo aceptar una encuesta excluyente aun cuando no le incumbe. Simplemente me resulta indiferente, porque si bien es cierto que aparecen encuestados otras figuras que merecen mi respeto, creo que sí hay un mensaje excluyente en la elaboración de las mismas. En consecuencia, no las impugno, pero tampoco me someto a ellas. Y lo único que me provoca es que redoble el esfuerzo, recorriendo todos los municipios del estado, de mi estado así: en esa manera solitaria, discreta. Finalmente, soy un peregrino.

-Cuando usted fue candidato a alcalde de Acapulco, yo recuerdo que igual había como que la intención de hacerlo a un lado, y usted respondió con una de las marchas más grandes que yo recuerde en ese momento aquí en Acapulco. Los escenarios han cambiado, las movilizaciones a lo mejor ya no son en estos momentos digamos, la estrategia, sobre todo por la sana distancia, pero ¿cómo respondería, o hasta dónde cree que va a llegar en su respuesta ante esa exclusión de la que está comentando?

-Vamos a cumplir los objetivos. Nos estamos preparando para cumplirlos. Yo no busco un cargo, yo busco construir un proyecto. Cuando fui aspirante a la candidatura a la presidencia municipal, no busqué un cargo, busqué construir un proyecto, y lo pudimos construir con todo en contra: el alcalde en ese momento traía su propio candidato; el gobernador, que era priista, traía su propio candidato; los dirigentes de los partidos, estaban sometidos a quienes gobernaban el municipio y el estado, sin embargo, nos mantuvimos cercanos a la sociedad y la sociedad nos ayudó a romper ese esquema envilecido. Hoy, la sociedad es más madura, y más participativa. Si me dio su confianza en el pasado, hoy vamos en la búsqueda, en otras circunstancias, en otros tiempos, de esa confianza que nos había depositado en Acapulco y que hemos tratado de mantener, porque no hemos detenido nuestro andar en nuestro propio municipio.

-Ha encontrado esa confianza en estos recorridos?

-Por lo menos he encontrado acercamientos, diálogo. No llevo nada a donde voy. Soy ajeno a despensas, soy ajeno a dádivas, porque soy congruente con la cuarta transformación. Mi mensaje es: no vengo a pedir votos, no vengo a pedir firmas, me vería desesperado, me vería fuera de lugar. Vengo a conocerlos, vengo a que me conozcan, vengo a conocer sus condiciones de vida, y con eso creo que estoy cumpliendo la primera etapa de esta construcción que estamos teniendo, y que afortunadamente nuestro lema se cumple, de que pronto seremos más y, parece, así va siendo.

 

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1 Comentario

  1. Alberto López Rosas; leal al pueblo de Acapulco que lo eligiera un día como su Presidente Municipal, cumpliendo su palabra a cabalidad, llevando obras de beneficio social a las partes marginadas del municipio de Acapulco, desde la pavimentación completa de unidades habitacionales y colonias completas, hasta llevar el agua líquido vital para la sobrevivencia sin omitir la continuidad que dió a la vía rápida para conectar los barrios de Acapulco a través de la calzada pie de la cuesta; recibiendo reconocimientos de organismos gubernamentales y no gubernamentales por estás magnas obras, líder natural y social, abanderando siempre las causas de los más desprotegidos.

    Por el momento no estás en las encuestas, pero los ciudadanos tenemos la certeza de tu gran labor como presidente y seguro tu capital político/electoral es más fuerte que tus adversarios. Pronto te veremos de candidato por morena, seguimos creyendo en ti.

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