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* Ambas operaciones tienen riesgo de infección y supresión del placer sexual, explica Argentina Casanova

* Mujeres en la zona rural, las más vulnerables, denuncia

PAPILLON RUMBO   /

 

Acapulco, 06 de febrero de 2020. En el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, activistas de los derechos de las mujeres consideraron que la episiotomía que se practica en casi 80 por ciento de los partos que suceden en México, es también una forma de amputación.

Argentina Casanova, directora de la Red de Mujeres por una Opinión Pública con Perspectiva de Género, quien ha trabajado en Acapulco y las zonas rurales de Guerrero, describió junto a sus compañeras de colectivo que cortar y quitar una parte del cuerpo es la acción de mutilar.

“La episiotomía es un tipo de intervención quirúrgica realizada en el periné de la mujer durante la última fase de la segunda parte del trabajo de parto, el ensanchamiento mediante una incisión con tijera que posteriormente se repara con sutura, sucede en partos complicados según los médicos”, detalló .

Dijo que la mutilación tiene el objetivo de anular el disfrute sexual de las mujeres desde pequeñas en muchos países, pero que sin embargo en México, la episiotomía que atiende el tamaño del producto que va a nacer, tiene las mismas consecuencias de infecciones y supresión del placer en el cuerpo de las mujeres.

“A miles de kilómetros de distancia de África, país que es conocido por la tradición de la mutilación genital a niñas menores de 5 años, y sin ningún tipo de atención hospitalaria, aquí asimismo no se está tan lejos de la barbarie, pues el modo de episiotomía-mutilación  tiene consecuencias no habladas similares”, consideró.

Casanova, indicó que el dolor está relacionado permanentemente con la vida femenina y que el trato cosificado hace que a las mujeres no se les permita sentir satisfacción como a los varones.

“En teoría solicitan consentimiento al momento que te cortan para dar a luz, pero hay muchos indicadores de eventos innecesarios que el médico induce para economizar tiempo y desgaste entre el personal y la clínica”, criticó.

Calificó que la violencia obstétrica de las cirugías de cesáreas afecta también la vida sexual y confianza de las madres sin recursos que viven con cicatrices enormes para siempre en una sociedad que les exige tener cuerpos perfectos.

“Se trata el cuerpo de las mujeres sin respeto, el maltrato quirúrgico  es un problema de las dependencias de salud pública y de las mujeres pobres, porque en los hospitales privados, quienes tienen acceso pueden pagar por una operación debajo de la línea del bikini, sin dinero las costuras son grandes y quedan de por vida en forma vertical”, expuso.

Narró que las mujeres rurales de la entidad,  padecen muchas violencias además de la obstétrica, porque nadie les pregunta qué sienten ni antes ni después de tener hijos, y porque no cuentan con mecanismos de denuncias, como los que existen en ciudades como Acapulco, donde hay más reconocimiento de las garantías.

“A todo esto se suma el dominante machismo y la ignorancia, incluso se cree que la episiotomía es un regalo para los hombres, una especie de “re-virginidad” de ellas después  de parir, parte del mal llamado sacrificio que implica traer una vida al mundo”, señaló la feminista.

Argentina Casanova, gregó que la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), luchan para erradicar esta práctica considerada como una violación a los derechos humanos.

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