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* Este proyecto, permitiría la colocación de células vivas funcionales en zonas necrosadas

* Buscan producir órganos completos para no depender del trasplante

AGENCIA ID  /

 

Ciudad de México, 6 de septiembre de 2017. Investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) buscan cultivar in vitro andamios o soportes, a partir de células sanas cultivadas en biorreactores que con ayuda electromecánica favorecen el crecimiento celular, lo que permitiría generar tejido cardíaco nuevo con el propósito de sustituir los implantes de corazón.

Profesores de las divisiones de Ciencias Naturales e Ingeniería y de Ciencias Básicas e Ingeniería de las Unidades Cuajimalpa e Iztapalapa desarrollan un proyecto multidisciplinario con tales objetivos, informó la doctora en Ciencias Nohra Elsy Beltrán Vargas.

La académica del Departamento de Procesos y Tecnología citó durante el Seminario Generación de Plataformas para Ingeniería de Tejido cardíaco, datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según los cuales cerca de 17.5 millones de personas fallecen cada año por enfermedades cardiovasculares, constituyendo la principal causa de muerte en el plano global.

Los científicos trabajan con biomateriales aptos para el crecimiento de células como polímeros naturales y cerámicas de alta porosidad, favoreciendo el paso de nutrientes y proteínas que ayuden a la reproducción de estos tejidos con volumen y forma tridimensional. Dicho conducto es resultado de la unión de células cardiacas a dichos materiales.

Beltrán Vargas afirmó que las enfermedades cardiovasculares no matan los órganos por completo sino sólo una parte, por lo que este proyecto en fase experimental permitirá la colocación de células vivas funcionales en zonas necrosadas para su integración en el resto del corazón, hasta lograr que formen un volumen considerable.

Este tipo de enfermedades ocasiona cerca de 300,000 muertes anuales en México, de las cuales alrededor de 21 por ciento se debe a padecimientos isquémicos, es decir, ocasionados por un desequilibrio entre el flujo sanguíneo de las arterias coronarias y el requerimiento de oxígeno del miocardio, debido a malos hábitos de alimentación y sedentarismo que generan depósitos de grasa en los vasos sanguíneos.

En la actualidad existen tratamientos convencionales como los farmacológicos que intentan aumentar la frecuencia cardiaca, sin embargo, cuando el corazón se encuentra debilitado no bombea sangre de manera adecuada provocando insuficiencia cardiaca crónica, en tal caso el paciente sólo aspira a un trasplante de órgano.

El reto de esta ingeniería es la generación de órganos completos para no depender del trasplante de órganos, cuyas desventajas van desde la escasez de donantes, la compatibilidad entre donante y receptor, la efectividad del tratamiento inmunosupresor (evita el rechazo del cuerpo al órgano), así como los altos costos asociados al trasplante, sin contar el tratamiento farmacológico al que se someten los pacientes prácticamente por el resto de su vida.

Las alternativas actuales están orientadas al uso de dispositivos como el de “asistencia ventricular” que mantiene conectado al corazón a través de una bomba controlada de forma neumática o eléctrica auxiliando en el correcto bombeo de sangre, sin embargo, el enfermo necesita estar conectado todo el día a la máquina, limitando la calidad de vida y generando constantes complicaciones de septicemia (infecciones bacterianas).

Se han desarrollado otras alternativas como la terapia celular o inyección de células troncales, tratamiento que busca direccionar estas células a la zona de daño cardíaco para trabajar en la auto-reparación del tejido. Esta terapia ya se emplea en algunos hospitales, aunque no se detectan grandes mejoras en el desempeño del corazón y además se han reportado daños al ventrículo izquierdo.

Esta rama de la ingeniería biomédica promete ser altamente eficaz, planteándose el objetivo de reemplazar los tratamientos existentes mediante la generación de nuevo tejido cardíaco reduciendo el costo a menos de la mitad de lo que cuesta un trasplante de órgano, dijo la doctora Beltrán Vargas, quien en 2007 recibió la Medalla al Mérito Universitario por sus estudios de doctorado en la Unidad Iztapalapa de la UAM.

 

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