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REDACCIÓN /

Acapulco, 11 de septiembre de 2023. El 11 de septiembre de 2001 fue un día que marcó la historia de Estados Unidos y del mundo. Cuatro aviones comerciales fueron secuestrados por terroristas de Al Qaeda y estrellados contra las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York, el Pentágono en Washington y un campo en Pensilvania. El saldo fue de casi 3000 muertos, más de 6000 heridos y recuerdos dolorosos hasta el día de hoy entre la población estadounidense.

El 11-S también dejó secuelas en la salud física y mental de miles de personas que estuvieron expuestas al humo, al polvo y al estrés post traumático. Según datos oficiales, más de 4000 personas han muerto por enfermedades relacionadas con los ataques, y otras 40 mil siguen recibiendo tratamiento médico. Además, muchos sobrevivientes y familiares de las víctimas aún sufren trastornos como depresión, ansiedad y estrés postraumático.

A pesar del dolor y la tragedia, el 11-S también ha sido una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la paz, la tolerancia y la solidaridad. Muchas personas han dedicado sus vidas a promover estos valores y a construir puentes entre culturas y religiones. Uno de ellos es Hans Gernot Schenk, un colombiano que trabajaba en el World Trade Center y que sobrevivió al atentado por llegar tarde al trabajo. Schenk fundó una organización llamada Peace is Possible (La paz es posible), que busca educar a los niños y jóvenes sobre el respeto a la diversidad y el diálogo.

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