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* Concurrieron funcionarios “del más alto nivel” con el grupo criminal Guerreros Unidos, dice Encinas

REDACCIÓN    /

 

Ciudad de México, 18 de agosto de 2022. La llamada Verdad Histórica del gobierno de Enrique Peña Nieto sobre el Caso Ayotzinapa, resultó, a final cuentas, cierta en un punto: los estudiantes no están desaparecidos, están muertos. En lo demás, fue una confabulación para ocultar lo que realmente sucedió, y lo que sucedió, fue “un crimen de Estado”.

Al menos, es la conclusión preliminar a la que llegó la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del caso Ayotzinapa, a casi ocho años de distancia de la desaparición de nos normalistas en Iguala en septiembre de 2014.

“Todos los testimonios muestran que los estudiantes fueron arteramente ultimados y desaparecidos”, señaló el subsecretario de Gobernación y Derechos Humanos, Alejandro Encinas, presidente de la citada comisión.

Este jueves, se dieron a conocer las conclusiones preliminares a que llegó el equipo para la investigación, entre las que destaca el hecho de que en la desaparición de los estudiantes hubo funcionarios de gobierno del más alto nivel involucrados, en los tres órdenes, tanto federal como estatal y municipal, quienes actuaron en coordinación con el grupo criminal Guerreros Unidos.

La investigación concluyó que los estudiantes nunca tuvieron comunicación con el grupo criminal, como se señaló en la llamada Verdad Histórica, ni estuvieron juntos durante la desaparición; que el estudiante Julio César López Patolzin sí era un soldado infiltrado dentro del movimiento, pero a la hora de los hechos fue abandonado a su suerte por sus mandos, a los cuales había enviado un informe alrededor de las 10 de la mañana de ese día; y que el camión con droga circuló hacia el estado de Morelos sin pasaje y sin ser detenido en ninguno de los controles existentes.

La Comisión concluye que la responsabilidad de la desaparición es del Estado, ya que fueron integrantes de los tres órdenes de gobierno quienes se vieron involucrados, y crearon la llamada Verdad Histórica como una confabulación para ocultar lo que realmente sucedió; y si hubieran intervenido como era su obligación “se habría evitado la represión y asesinato de los estudiantes”.

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