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*En el documento, firmado por Leopoldo González González, Arzobispo de Acapulco; Joel Ocampo Gorostieta, Obispo de Ciudad Altamirano; José de Jesús González Hernández, Obispo de Chilpancingo-Chilapa; y Dagoberto Sosa Arriaga, Obispo de Tlapa, se denuncia el silencio ante la violencia, se llama a ser profetas y constructores de la paz, se defiende el derecho a la vida y la dignidad humana y se hace eco del grito de las víctimas.

*Los obispos, quienes mediaron con el narco a fines del año pasado, emitieron un comunicado en el que expresaron su preocupación por el recrudecimiento de la violencia en el estado de Guerrero y pidieron a las autoridades que trabajen por la justicia y la paz

REDACCIÓN /

Acapulco, 18 de febrero de 2024. Obispos de la Provincia Eclesiástica de Acapulco, de cuatro diócesis distintas, exhortaron a los gobernantes a «superar cualquier actitud de indiferencia ante aquellos que los eligieron para gobernar y eviten ser rebasados por aquellos que intentan apoderarse del ánimo, de la vida económica y del futuro de nuestros municipios.
El comunicado firmado por Leopoldo González González, Arzobispo de Acapulco; Joel Ocampo Gorostieta, Obispo de Ciudad Altamirano; José de Jesús González Hernández, Obispo de Chilpancingo-Chilapa; y Dagoberto Sosa Arriaga, Obispo de Tlapa, llama a
las familias a «fomentar entre sus integrantes constantes actitudes de paz, aprecien plenamente la dimensión comunitaria de la vida y eviten engrosar las filas de quienes promueven la cultura de la muerte». Mientras tanto a las comunidades creyentes les dice que hay que «asumir la convicción de que la paz nace de quienes se abren a Dios, promueven la fraternidad, una cultura y una espiritualidad de solidaridad y de paz e invocan constantemente a Dios en la oración». “El descontento social, dice el comunicado, aumenta ante el clima de impunidad y algunos pueblos empiezan a asumir roles que corresponden a las fuerzas del orden» y a los criminales los llamaron a «cesar en sus abusos en contra de las personas, de las familias, de los pueblos y ciudades».

Asimismo, se comprometen a «evangelizar para lograr que Cristo nuestra paz eduque nuestra conciencia y así sepamos optar siempre por el bien, defender la dignidad de todas las personas y construir una sociedad que permita una ‘vida buena’ para todos».

Los obispos confiaron en que, ayudados por la “misericordia divina y la intercesión de la Virgen de Guadalupe, se pueda alcanzar la justicia y la paz en esta tierra bendecida”.
A fines del año pasado, diversos obispos trataron de mediar la paz en el estado con el narco, específicamente fueron los de Acapulco, Leopoldo González González, en la región Tierra Caliente el obispo Joel Ocampo Gorostieta; en Tlapa, el obispo Dagoberto Sosa; y en la región Centro, el obispo José de Jesús González.
Es decir, quienes firman este comunicado del 17 de febrero son quienes participaron en las mediaciones con el narco, las cuales no tuvieron éxito.

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