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ROBERTO RAMÍREZ BRAVO     /

 

Acapulco, 01 de mayo de 2021.

Las encuestas dicen que la candidata de Morena a la alcaldía de Acapulco, Abelina López Rodríguez, lleva delantera; y que el priista-perredista Ricardo Taja, al igual que el candidato a gobernador Mario Moreno Arcos, se encuentra en segunda posición.

Pero también hay una percepción más o menos generalizada, según la cual Abelina López lleva delantera, sí, pero con Taja tendrá competencia, y ganar el 6 de junio no será justamente un día de campo.

Hay algunos indicios que preocupan en la cúpula morenista. No se tiene claro qué tan decisivos podrían ser a la hora de la elección, pero ahí están, haciendo ruido.

  1. Abelina López ha mantenido una distancia interna con los grupos políticos de Morena. Es como si se deslindara de ellos: con el felixismo que la impulsó a la candidatura marca una clara distancia, mientras exhibe su alianza con el grupo que, pese al acto de Sinfonía del Mar, sigue manteniéndose como adverso, el del candidato a diputado federal Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros. Durante las protestas que Félix Salgado Macedonio encabezó contra el INE, la mayor parte en el asta bandera, Abelina López nunca se hizo presente; pero recibió en su casa de campaña la ostentosa “adhesión” de Sandoval Ballesteros y su equipo. Esta apuesta, en particular, es vista en algunos círculos como un salto al vacío, porque varios prominentes pablistas se han ido abiertamente al PRI, como el síndico Javier Solorio y el regidor Alaín Rodríguez y otros apoyan discretamente a Taja.
  2. La candidata ha marcado su ruptura con la alcaldesa morenista Adela Román Ocampo, a cuyo gobierno criticó duramente en su participación en el cierre de campaña de Evelyn Salgado, acusándolo, sin mencionarlo directamente, de tener al puerto “en terapia intensiva”, llamándolo nepótico y corrupto y convocó a “darle un viraje” a la forma de gobernar “para que Acapulco salga adelante”. Su discurso parecía más hermanado con el PRI, que con una candidatura de Morena. En una lógica básica, López Rodríguez no debería esperar el apoyo del morenismo nucleado en torno a Adela Román.
  3. Otro flanco abierto es con los candidatos a diputados locales. El principal punto de conflicto con ellos ha sido el dinero, que en reuniones privadas Abelina les ha pedido para su campaña y los candidatos se han negado a darlo, con la explicación de que simplemente no tienen. Testigos de esos encuentros han señalado que la candidata a alcaldesa les ha reclamado que, si ellos ganan, será por el arrastre que ella les dará con su campaña, y no por ellos mismos, pues no tienen nada.
  4. El trato con la prensa de la candidatura morenista es atípico. Adela Román, la primera alcaldesa de la 4T, cuando era candidata andaba sin que nadie o muy pocos la siguieran, porque muchos creían que no iba a ganar. Pero con Abelina es diferente porque al ser gobierno Morena en Acapulco, se supone que tiene cierta ventaja, sumado al arrastre de la campaña a gobernadora y a la ola morenista en general, muchos creen que sí podría ganar. Pero en sus conferencias, la candidata solo recibe, previa invitación, a los medios que son sus amigos o aliados, que son pocos.
  5. Por la contraparte, tiene a dos ex gobernadores, un gobernador y un senador, operando en distritos específicos de Acapulco. Ángel Aguirre opera en el V para favorecer a su candidato Rogelio Hernández; René Juárez y su equipo, operan en el IX para Rosaura Rodríguez Carrillo; el gobernador Héctor Astudillo en el 7 para Ricardo Astudillo; y Manuel Añorve en todo el distrito 9 federal para Jaime Colón. Esos distritos significan riesgo para la candidatura de Morena en Acapulco en lo general.

Por lo que se ve, sin embargo, es poco probable que la candidata morenista esté sopesando todos estos detalles, o ha de creer que son poco significativos, incapaces de hacer una variación en las proyecciones. Pero se equivoca: los que aquí se mencionan podría decirse que solo son yerros internos en su campaña, decisiones que podrían ser equivocadas, pero finalmente internas.

Aparte estarán los ataques que provendrán de la oposición, y ya los ha habido: por ejemplo, la descalificación por parte de la Fiscalía en el sentido de que las víctimas del atentado en La Laja no eran integrantes del equipo de la candidata sino gente contratada por ella para echar porras; y ahora la denuncia que le interpone el priista Ricardo Taja por presunto daño moral. Los próximos días antes de la elección habrá mucho dinero caminando por las calles, para allanar el camino a la coalición PRI-PRD, máxime si sus operadores creen que puede haber una rendija por dónde colar un triunfo, como lo hizo Manuel Añorve en 2008, que ganó pese a todos los pronósticos adversos.

Deberían ser estos días también de reflexión para la candidata de Morena, para revisar su estrategia, para ver qué apoyos internos le interesan y si necesita o no el acompañamiento de sus compañeros de partido. Hay que reconocerle que tiene ventaja, que tiene trabajo de gestoría sobre todo, en colonias y poblados de Acapulco, que sin duda le van a sumar.

Pero la elección no ha ocurrido, y los pocos días que faltan para el 6 de junio son un largo, larguísimo trecho, que será aprovechado por quien sepa hacerlo.

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