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* Este jueves 14 se presentó en la Universidad de la Comunicación el proyecto del antropólogo Jason De León que registra los datos de más de 3 mil cuerpos de migrantes localizados en el desierto de Arizona a lo largo de tres décadas. Hostile Terraine 94 estará un mes en la Ciudad de México y busca voltear la mirada del mundo hacia la frontera sur de Estados Unidos

DANIELA PASTRANA / KAU SIRENIO PIOQUINTO

Ciudad de México, 15 de julio de 2022. Son más de 3 mil 200 etiquetas escritas a mano. Etiquetas idénticas a las que los forenses ponen en los dedos de los pies de los cadáveres. Cada una de ellas representa a una persona que murió en el desierto de Arizona, tratando de encontrar una mejor vida.

Los datos fueron proporcionados por Humane Borders, una organización con sede en Tucson que se ha dedicado a documentar cada una de las muertes de migrantes registradas en las últimas tres décadas.

La propuesta es de Jason de León, un reconocido antropólogo de la Universidad de California que desde 2009 ha recorrido el desierto para recolectar, catalogar e interpretar más de 9 mil objetos que pertenecieron a migrantes y que, con su trabajo, busca llevar las miradas hacia la crisis humanitaria de los migrantes en la frontera sur de Estados Unidos.

El trabajo de llenar las etiquetas y montar el memorial en la Ciudad de México ha sido de un grupo de estudiantes de la Universidad de la Comunicación, que durante varias semanas han trabajado para tener en México HT94 (Hostile Terrain / Terreno Hostil), un proyecto de arte participativo patrocinado y organizado por Undocumented Migration Project que, entre otras cosas, recopila los registros de más de 3 mil personas que han muerto en el desierto.

Estudiantes de la Universidad de la Comunicación han trabajado semanas en el montaje de la exposición. Fotos: Isabel Briseño
Este trabajo te pone a reflexionar en lo que vives, literal, en el privilegio en el que estás, y lo mucho que desconocemos de ese tema en nuestro país”, dice Regina Tercero, estudiante de la carrera de Mercadotecnia.

Para ella, una de las experiencias más impactantes de este proyecto fue el registro de los datos de una niña de dos años en la etiqueta de los muertos.

“Le pusimos indocumentados, tachando el prefijo in, porque en realidad son personas documentadas, solo que no con el documento que ellas esperaban que fuera al ir a buscar el sueño americano”, dice, por su parte Yumkinil Ramírez Abarca, coordinador de la licenciatura de Comunicación Organizacional y responsable de la exposición.

Yum, como lo conocen los estudiantes, es doctor en semiótica y habla de la importancia de la experiencia performática dentro del proyecto. “Nuestro primer performance son los propios estudiantes que han llenado las etiquetas y localizado en el mapa los lugares donde se encontraron los cuerpos”, dice.

Provocar las conversaciones
La exposición está compuesta por más de 3 mil 200 etiquetas para los dedos de los pies, escritas a mano, que representan a los migrantes que murieron tratando de cruzar el desierto entre 1994 y 2021. Las etiquetas están geolocalizadas en un mapa-mural que muestra las ubicaciones exactas donde se encontraron los cuerpos.

El proyecto se presentó por primera vez, de forma virtual, en julio de 2020, y ha sido llevado a más de 130 instituciones de seis continentes. Esta la primera vez que se presenta en México. La exposición se mantendrá un mes en la sede de la colonia Condesa de la Universidad de la Comunicación (Avenida México 200) y después se montará en San Cristóbal de las Casas, en Chiapas.

“Estar aquí (en México) ha sido importante para nosotros porque los mexicanos sí entienden que esta pasando en la frontera norte”, explica Jason De León, en una breve entrevista con Pie de Página.

En Estados Unidos, esta exposición es para mostrar a los gringos qué está pasando en Arizona, porque muchos no entienden, es algo que casi no está en las noticias y muchos de ellos, cuando ven los registros, dicen que no sabían, aunque ha estado pasando por más de 25 años”.

De León es mexicano-filipino estadounidense. Creció en McAllen, Texas, en el Valle del Río Grande, y Long Beach, California. En 2013 entró en el grupo de exploradores emergentes de National Geographic y en 2016, recibió el Premio Margaret Mead por su libro “The land of Opern Graves, Living and dying on te migrant trail” (La tierra de las tumbas expuestas: vivir y morir en la ruta de los migrantes), con fotografías de Michael Wells, que combina la etnografía, la arqueología, la lingüística y ciencia forense para documentar las consecuencias humanas de la politica de inmigración de Estados Unidos.

Además del proyecto de representación artística, la organización que dirige ha recopilado muestras de ADN de los cuerpos encontrados y de familias que los buscan.

En la entrevista con Pie de Página, dice que su intención con este proyecto es crear conciencia sobre la crisis humanitaria en la frontera sur de los Estados Unidos, pero sobre todo, de involucrar a comunidades de todo el mundo en conversaciones sobre migración.

“Una exposición así es para fomentar la plática sobre ese tema. No es una cosa que solo está en la frontera norte, esta en todo el mundo y cada día está creciendo. Cada día hay migrantes muriendo en el desierto, en las selvas de Chiapas, y muchas veces vemos el fenómeno en nuestra tierra, pero tenemos que aumentar la vista”, insiste el antropólogo, que ha comenzado también a documentar lo que ocurre en la frontera sur de México.

Siempre estamos pensando en estas cosas en la frontera norte y para mí en estos últimos 10 años han cambiado muchas cosas y los mexicanos están deportando mucha gente, están abusando de mucha gente y espero que cosas como Hostile Terraine sirva para empezar otras conversaciones”.

No los queremos ver
Durante la inauguración de la exposición, el rector de la Universidad de la Comunicación, Salvador Corrales, destacó los migrantes se han invisibilizados en el mundo.

A los migrantes indocumentados no los queremos ver, ni siquiera pensar que son humanos, pero tampoco pensar quienes somos y en qué parte de mundo estamos. Ante la globalización no hacemos nada para cambiar el mundo”.

Una de las alumnas, Andrea Pérez, contó su experiencia en la revisión de las etiquetas de los migrantes fallecidos en el desierto:

“Llorábamos cuando hacíamos las etiquetas de los migrantes, porque duele mucho vivir esta experiencia».

La exposición estará abierta al público hasta el 12 de agosto en la sede de la Universidad de la Comunicación de la Colonia Condesa, ubicada en Avenida México 200.

Tomado de Pie de Página

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