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ROGELIO HERNÁNDEZ LÓPEZ   /

 

El Comité de Protección a Periodistas de Estados Unidos (CPJ), es una de las organizaciones de este tipo que ha logrado le abran la puerta de Los Pinos a sus dirigentes principales para dialogar con el presidente Enrique Peña Nieto. La otra es la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

El CPJ había sido cuidadoso en las formas de trato a los representantes del gobierno mexicano, pero el 29 de enero, por medio de su representante en México Jan-Albert Hootsen, publicó una desusada crítica, bastante acre, al funcionamiento de la Fiscalía Especial para la Atención de los Delitos contra la Libertad de Expresión (Feadle) de la PGR. El puro título perfila el sentido del texto:

“Fiscal especial mexicano dice que Feadle está mejorando, pero la impunidad sigue”

 

La Feadle se paralizó dos meses

El trabajo del periodista Hootsen se puede ver en su sitio web y en su vasta red de contactos del mundo. Allí, se informa que aproximadamente “dos meses la Fiscalía Especial llevó una existencia nómada, pues su sede resultó dañada en el terremoto del 19 de septiembre que dejó un saldo de casi 400 víctimas mortales en Ciudad de México y sus alrededores. El organismo ya cuenta con una nueva sede, pero el desastre natural solamente sirvió para retrasar aún más su trabajo de investigar los ataques contra la prensa”.

Durante la entrevista que Hootsen hizo al relativamente nuevo fiscal,  Ricardo Sánchez Pérez del Pozo, éste le dijo aliviado que ya tenían otro lugar para trabajar: «Es bueno tener un lugar propio de nuevo», declaró al CPJ en diciembre…. «Movernos de un lado a otro dificultó seriamente nuestra capacidad de trabajo», comentó el funcionario.

Y el periodista comenta sugestivamente que “El alivio de Sánchez es entendible, pero pocos periodistas en México se solidarizarán con su situación”.

 

Los señalamientos

En adelante, la pieza periodística del representante del Comité de Periodistas estadunidenses enumera las críticas que se le hacen a la Fiscalía Especial y subraya sus deficiencias. Anota:

“La Feadle, conocida por sus carencias de personal y de financiamiento, hasta el momento parece ser impotente para evitar los ataques contra periodistas o siquiera enjuiciar a los autores.

“Las mejoras se necesitan con urgencia -acota el periodista-. México es el país más peligroso para el ejercicio del periodismo en el hemisferio occidental. Como mínimo 22 periodistas mexicanos han sido asesinados en relación directa con su labor informativa desde 2010, cuando se fundó la Feadle, y seis de esos asesinatos ocurrieron el año pasado, según datos del CPJ”. (Otras organizaciones han registrado trece crímenes de personas vinculadas al ejercicio del periodismo durante 2017).

 

Su inutilidad

“En otros 31 casos –prosigue el reporte–, el CPJ sigue sus investigaciones para determinar si existen vínculos entre el trabajo periodístico de la víctima y el asesinato. La situación es exacerbada por una impunidad prácticamente absoluta que hace que México ocupe el sexto puesto en el índice anual del CPJ sobre los países donde los periodistas resultan asesinados y los autores de los crímenes andan impunes.

“… el organismo ha ejercido la llamada «facultad de atracción» apenas cuatro veces en 2016, el año más reciente sobre el cual puede dar cifras. Sánchez declaró al CPJ que la cifra de 2017 también será baja, y que hasta el momento el organismo no ha atraído ninguno de los casos de periodistas asesinados el año pasado.

“Además de no haber atraído más casos, el organismo ha tenido limitado éxito en lograr la apertura de procesos penales. Las estadísticas de la Feadle muestran que de las 790 investigaciones abiertas desde 2010, solamente 118 llegaron a los tribunales. Y ni una sola investigación de asesinato dirigida por la Feadle ha traído como resultado una condena.

 

Pero, ya comenzó a estudiar

El fiscal Sánchez expresó al periodista de EU que, “para mejorar el desempeño del organismo, la Feadle está ofreciendo mejor capacitación, creando nuevas metodologías investigativas y ampliando su ámbito. Además, estableció una Unidad de Análisis Contextual, que emplea a seis investigadores, para analizar las circunstancias en las cuales los periodistas son amenazados o atacados, con el objetivo de darles a las autoridades información en profundidad sobre los potenciales motivos”.

O sea, comenta este reportero, cinco fiscales después la Feadle ya comenzó a estudiar las tipologías de las víctima, de los agresores, de los agravios y de los asesinatos. Análisis fundamental para cualquier investigación criminalística que la fiscalía no realizaba.

La cantidad de fiscales y policías investigativos también ha aumentado a 22 y 15, respectivamente (…) “Sin embargo, muchos periodistas locales entrevistados por el CPJ manifestaron que mantendrán el escepticismo sobre la capacidad de la Feadle de proteger a los periodistas hasta que obtenga más condenas y ejerza la facultad de atracción en más casos”.

Para contrastar el texto periodístico de Jan-Albert Hootsen debe decirse que agrega poco a los, señalamientos que, por años se le han hecho a la fiscalía especial desde organizaciones de periodistas y defensoras de los derechos humanos mexicanas.

La novedad es que este material del CPJ, refleja que a ellos ya les alcanzó el escepticismo y la irritación bien ganados, para con el gobierno federal actual y, en especial para uno de sus instrumentos más inútiles, como es la fiscalía, creada para combatir la impunidad.

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