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GEOVANNI MANRIQUE PASTOR*   /

 

Acapulco, 25 de junio de 2021. 

Evelyn Salgado Pineda, la próxima gobernadora de Guerrero, ha dado luces de ser una mujer reformadora, con visión de cambio y transformación; y en concordancia con ello, ha manifestado su voluntad e interés de realizar una serie modificaciones y ajustes en el diseño institucional del ejecutivo estatal, para cumplir con uno de los principales compromisos que estableció durante la campaña: atender el problema de la corrupción a nivel gubernamental y con ello avanzar en la resolución de asuntos como la pobreza, la desigualdad y la marginación, con eficiencia y eficacia.

Para la gobernadora electa, en congruencia con los postulados de la 4T, ha sido fundamental asumir —desde antes de su asunción como gobernadora— una visión reformadora que permita realizar un análisis crítico sobre el funcionamiento adecuado del gobierno y también el cumplimiento de su misión principal, que es atender y resolver de manera satisfactoria los problemas públicos que la ciudadanía solicita, demanda y exige.

Cambiar la configuración de una administración, desaparecer unidades administrativas, crear nuevas instituciones, fusionar aquellas que requieran un trabajo coordinado, no es negativo, y tampoco implica medidas que atenten contra la estabilidad laboral de las y los trabajadores de las administraciones públicas. En nuestro contexto local, cambiar y modificar la administración pública es una exigencia que tiene su origen en la elección de quien ahora es formalmente gobernadora electa y que a partir de octubre habrá de conducir los destinos políticos en nuestra entidad; pero no solo eso, también es una visión y una necesidad para hacer posible que la cuarta transformación se consolide en Guerrero.

La reforma de la administración pública es un proceso inevitable e irreversible; se suscita de manera periódica y es la manifestación de los cambios sociales, políticos, económicos y culturales de una sociedad. Es la manera en que los distintos órdenes de gobierno procesan los ajustes que requieren las instituciones para actuar de manera eficiente en la solución de las demandas y solicitudes de la ciudadanía; por ello, todas las administraciones públicas en todos los órdenes políticos que busquen atender y resolver de manera eficaz y eficiente las exigencias de sus comunidades políticas, deberán tender a revisar periódicamente el funcionamiento de las instituciones que constituyen esa argamasa llamada administración pública.

Con la reforma administrativa sobre funcionamiento de las instituciones públicas de la entidad, lo que se intentará no sólo será reducir significativamente el gasto público en áreas que han dejado de ser eficientes; sino también en responder manera pronta a las exigencias y demandas de la ciudadanía.

Asumir la reforma de la administración pública como una necesidad de urgente resolución, implica ocuparse de un tema sustantivo, el de modernizar y hacer eficiente la administración pública, el de hacer un uso responsable de los recursos públicos para que se destinen en atender los problemas.

Pero hay quienes desean dar uso político a afirmaciones que nada tienen que ver con despido de personal, sino con ajuste y redireccionamiento de esa fuerza laboral en áreas y actividades prioritarias que ayuden a resolver el principal problema en Guerrero, la profunda pobreza y marginación, así como las desigualdades que impiden el desarrollo de la entidad en todos sus componentes.

Hoy como nunca, ante un cambio sustantivo en el ejercicio de la política y del poder público, es necesaria una profunda reforma de la administración pública en Guerrero; y en eso, Evelyn Salgado ha sumado un acierto en la visión que tiene al respecto, antes de asumir la gubernatura.

* Profesor-investigador del IIEPA-IMA-UAGro.

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