RAUL SUAREZ MARTÍNEZ /
Chilpancingo, 19 de diciembre de 2020.
No es solo el asunto de la pandemia, que ya es mucho decir, los sustos familiares que nos ponen los pelos de punta al sentir que un ser querido puede adelantarse en el viaje. Cierto, sabemos que es el ciclo de la vida y aunque muchos que nos decimos letrados, serenos, que supuestamente nos preparamos para esos momentos, cuando vemos que es de veras, nos quebramos.
Y luego este 2020 que no termina de irse, se empeña en darnos susto tras susto. Algunos de nosotros no cooperamos para superar las broncas, es cierto, somos ingobernables y muchos hasta creen la sarta de mentiras que se publican. México, no te acabes.
En política también se dan cosas, los espantados priistas y sus ahora aliados, que bien pueden ser llaman como un deseo reprimido que el proceso de selección de candidato a gobernador de Morena termine por reventar a ese partido y les dé oportunidad de levantarse del fondo del fango para seguir usufructuando los recursos estatales.
Se les olvida que, en el caso de los tricolores, siempre han recibido con beneplácito el dedazo, que su única experiencia amarga fue cuando Aguirre Rivero traiciona presuntamente al PRI y sale como candidato a gobernador del PRD y al final gana la elección, un daño menor fue cuando Añorve traiciona a René Juárez contra el mismo Félix y opera en contra del mismo PRI sobre todo en Acapulco.
El PRD muestra una cara de asombro y de no creer que haya acuerdo en Morena, como si la historia de las candidaturas amarillas haya sido tersa y de sonrisas fáciles. Quienes conocemos la historia, sabemos que hay candidaturas que se han registrado al cuarto para las 12, lamiéndose todavía las heridas, incluso haciendo ajustes después de vencido el periodo del registro.
No pasa nada y, aunque los agentes externos pueden opinar, un partido es un ente público, no pueden hacerlo como si, en sus partidos todo sea color de rosa.
En Morena, sus aspirantes deberían cuidar el proceso interno, aunque eso aprendieron, la mayoría de ellos en el PRD, también aprendieron que la guerra sucia y los intereses personales prevalecen en la mayoría de ellos, las cosas buenas casi nunca sobresalen y eso provoca que, en la actualidad, en las “benditas redes sociales” se utilice la guerra sucia para tratar de hacer ganar a su candidato. No ayuda que hoy el inmediatismo y sensacionalismo de las redes, haya desplazado la confrontación de ideas y proyectos, que utilicemos argumentos que igual y no nos constan como ciertos para tratar de acabar con algún aspirante, sin ponerse a pensar que, todos se van a necesitar en el futuro inmediato, porque si bien es cierto, la alianza indescriptible está por los suelos, una percepción equivocada de lo que sucede en política puede llevar a la ciudadanía de que es posible que esta alianza pudiera tener cierta posibilidad de competir, no le alcanzaría para ganar la gubernatura pero, podría poner en riesgo el triunfo en la mayoría calificada en el Congreso del estado o en alguna de las principales municipios.
Hace falta humildad, congruencia, desprenderse de intereses personales y de grupo reducido; hace falta ver mas allá del árbol, hace falta desprenderse de todo, en Morena hacen falta muchas cosas, incluso partido, incluso un candidato o candidata que llame a la unidad en torno al interés general y no, al interés individual.
2020, vamos haciendo una tregua por estos últimos días que quedan, ya ganaste la mayoría de tu tiempo, danos un chance para recomponer las cosas en Guerrero.
Mientras mi suerte parece cambiar, ya me gané un regalo en una rifa. Algo es algo.
